La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) denunció que "la prensa argentina atraviesa un período de gravedad creciente, en el que se está avasallando la libertad de expresión", y denunció la existencia de "un clima de intolerancia" que busca "imponer una forma única de concebir la realidad con los parámetros de quienes gobiernan".
También alertó que "en los últimos meses se profundizaron los ataques que ha venido sufriendo el ejercicio de la actividad periodística y que afecta a la libertad de expresión".
ADEPA realizó hoy su 145° Junta de Directores, en la que su presidente, Daniel Dessein, presentó su informe a la entidad y lo mismo hizo la comisión de Libertad de Prensa e Información.
Dessein advirtió que "la prensa argentina atraviesa un período de gravedad creciente, en el que se está avasallando la libertad de expresión".
Los bloqueos a las plantas impresoras de Clarín, Olé, La Nación, La Voz del Interior y Día a Día dominaron el informe de la presidencia de ADEPA. En ese marco, Dessein dijo que frente a esas acciones hubo "un silencio oficial" y una "inacción policial" injustificables, ya que los bloqueos contra medios están tipificados como delito en el Código Penal y constituyen un ataque a una "libertad estratégica". En tanto, el informe de la Comisión de Libertad de Prensa e Información fue presentado por su presidente, Arturo Guardiola.
En el escrito se denunció que "en los últimos meses se profundizaron los ataques que ha venido sufriendo el ejercicio de la actividad periodística y la libertad de expresión".
"Cuando sobre ambas se ejercen represalias, su vigencia se ensombrece. Porque pese a que formalmente se pueda todavía decir lo que se piensa, quien lo haga debe atenerse a las consecuencias persecutorias. Y esto es válido tanto para los periodistas como para los medios que no estén lisa y llanamente al servicio del gobierno o bajo su entera dependencia económica y política", se advirtió. "Entre esas represalias -se agregó- se encuentran los bloqueos a las plantas impresoras de diarios, cuando ya las ediciones estaban impresas, que afectaron o impidieron la distribución y circulación de ejemplares ante la pasividad policial y la inacción de funcionarios que desobedecieron las resoluciones que los jueces dictaron".
El informe destacó que "también hubo acciones que apuntaron al menoscabo personal y profesional de periodistas, directivos y empresarios de medios a través del trato prepotente y descalificatorio por parte de algunos funcionarios o de campañas de hostigamiento y desprestigio desde el cada vez mayor número de medios oficiales o afines al gobierno, virtualmente sostenidos por un uso arbitrario de la pauta oficial".
"Hay que agregar el aliento de escraches públicos que llegaron al extremo de estimular a niños y jóvenes a escupir sobre imágenes desplegadas en la vía pública de periodistas que osaron juzgar críticamente al gobierno", se expresó.
ADEPA sostuvo que "entre las consecuencias de criticar al poder como lo hace la prensa independiente en todos los países libres del mundo, están también las que se despliegan en el plano económico con el claro propósito de socavar las bases de sustentación de las empresas periodísticas".
"En particular las interferencias en la producción y comercialización de papel para diarios, que es un insumo vital para la actividad, o el gasto de enormes recursos públicos, que son de todos los argentinos, para subsidiar de manera directa o disimulada a la prensa adicta, habiéndose llegado a proclamar oficialmente la "militancia" de la agencia estatal de noticias Télam, poniendo a dicha institución pública al servicio de la ideología de un gobierno en vez del público al que se debe un medio del Estado", afirmó.
En ese sentido, expresó que "esta larga cadena de ataques a la libertad de expresión tiene implicancias que van mucho más lejos de los intereses de los dueños de los medios de comunicación en general o de algún periodista en particular, que en todo caso serán siempre circunstanciales".
"Preocupa que el clima de intolerancia que alienta estos ataques, se extienda -como una oscura sombra- a diferentes actividades y sectores sociales, y sea síntoma del avance de una cultura que se propone imponer una forma única de concebir la realidad y de pensarla con los parámetros de quienes gobiernan. Con ello se tiende a limitar, o hasta silenciar, toda voz que, viniendo de donde viniere, contradiga el "relato oficial" de la realidad", se señaló. También indicó que "la libertad de expresión como posibilidad de manifestar las ideas propias y las ajenas sin censura ni represalia de ningún tipo es la más importante de las libertades institucionales. Sin ella pueden perderse todas las demás y su efectiva vigencia depende de la eficacia con la cual se pongan límites al poder".
Fuente: DyN.