Cristina Kirchner recibe a su abogado Marcos Aldazábal, revisa el pedido de procesamiento de Gabriel Carrizo como coautor del delito de intento de asesinato, corrige palabras y pide agregar algún párrafo antes de presentarlo. El mismo día, habla por teléfono con Carlos Beraldi, quien horas después presentará dos escritos: uno de 64 páginas en el que reclama el sobreseimiento en el expediente del Memorándum de Entendimiento con Irán y otro de 62 páginas pidiendo que se confirme el sobreseimiento en la causa Los Sauces-Hotesur. La vicepresidenta repasó esos textos y le dio el visto bueno al abogado, con quien también por estas horas analiza si hacer uso o no de la palabra en lo que sería su última presentación en el juicio por la obra pública. Todo esto lo hace sin descuidar la política, ya que la vicepresidenta pretende seguir dominando la escena pública y encarará 2023 demostrando que está lejos de correrse.
Este fin de semana decidió no viajar al sur. Por estas horas define si el martes dará sus últimas palabras ante el Tribunal Oral Federal 2 que la juzga por el supuesto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz antes del veredicto. Sería su tercera presentación. La primera fue en su indagatoria en diciembre de 2019 y la segunda en septiembre en los alegatos de su defensa. Hizo, además, un descargo desde su despacho y a través de su canal de Youtube cuando se rechazó el pedido de ampliar la declaración indagatoria después de que la Fiscalía pidiera que se la condene a 12 años de cárcel y a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Este martes, Cristina Kirchner puede volver a presentarse en la audiencia por videoconferencia y desde el Senado. Si lo hace, apuntará contra la investigación en un discurso que será jurídico, pero también político. La vicepresidenta nunca deja la política de lado.
Su última presentación en la causa conocida como Vialidad llega en momentos en los que la propia CFK alentó el “Cristina presidenta”. Desde hace semanas, los dirigentes de su máxima confianza vienen instalando la posibilidad de su candidatura en las elecciones del 2023 (el verticalismo detrás de su líder hace impensado que se trate de librepensadores), reclamo que la militancia le hizo llegar a la vice en el estadio Diego Armando Maradona a lo que ella contestó: “como decía el General, todo a su tiempo y en armonía”.
“Está muy metida en la política, quedó contenta con la diversidad de gente que hubo en su última presentación en La Plata y que haya estado el Movimiento Evita que no venían construyendo con nosotros, También hizo una buena evaluación de la reunión que tuvo con intendentes por más de tres horas”, detallan desde el Senado.
A diferencia de hace unos meses, la vice no da por perdida la elección del 2023
En su entorno más íntimo aseguran que no saben si finalmente Cristina Kirchner se presentará o no, pero parece difícil que hoy pueda delegar en un representante suyo lo que genera en la militancia kirchnerista su posible postulación. El experimento de Eduardo “Wado”
de Pedro candidato no dio, hasta ahora, resultados. A pesar de los esfuerzos, el ministro del Interior no logra llegar ni siquiera al voto duro. Hay quienes aseguran que si no es ella, solo hay una posibilidad y se trata de bendecir a Sergio Massa.
En 2019, los seguidores kirchneristas tuvieron que archivar una de las canciones más cantadas en sus actos. Pragmáticos como su jefa, pasaron de corear “no pasa nada si todos los traidores se van con Massa” a aplaudir el acuerdo que los haría volver al poder. Ya entendieron que si Cristina Kirchner lo pide, es porque entiende que con solo su nombre y los votos propios, otra vez, parece no alcanzar.
A diferencia del panorama que describía meses atrás, ahora la vicepresidenta no da la elección por perdida. Pero para tener posibilidades, en su entorno vuelven a mirar a la Casa Rosada ya no pidiendo cambio de nombres, sino un cambio de rumbo en la gestión que lidera Alberto Fernández. Cristina Kirchner ya no hará públicas las diferencias, aunque sus dirigentes sí.
“No todo está perdido. Es verdad que está difícil, pero si el electorado se divide en tres, somos competitivos”, dice un dirigente peronista ante PERFIL que conoce de campañas electorales. Plantea que la figura de Javier Milei siga creciendo aunque la incógnita es cómo sostenerla de las PASO a la elección general. “Nosotros sabemos cómo hacerlo”, dice confiado. Vuelve a haber otro problema y es el ballottage.
En las últimas semanas, Máximo Kirchner se mostró dispuesto a abrir el espacio. A todos menos al Presidente, a quien sigue castigando mientras Alberto Fernández continúa dispuesto a pelear por su candidatura. “Si la economía logra acomodarse y finalmente se consigue mostrar que el camino es el correcto, quién le puede decir que no se presente”, se preguntan muy cerca del jefe de Estado.
La mesa política que muchos reclaman no se conformará, pero el fin de semana pasado algunos invitados al cumpleaños de Enrique “Pepe” Albistur se sorprendieron al ver llegar al diputado y presidente del Partido Justicialista. No solo porque no suele asistir a eventos sociales, sino porque se trataba del festejo de un amigo y hombre de extrema confianza del jefe de Estado. Aunque Máximo Kirchner mantiene un vínculo personal con Albistur más allá de Alberto Fernández, asistir a esta celebración fue un gesto a la interna oficial. Kirchner sabía que llegaba a un terreno copado por funcionarios albertistas y así fue, ya que estuvo presente la ministra de Desarrollo Social y pareja de Albistur, Victoria Tolosa Paz; pero también el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos; y el diputado, Eduardo Valdés, entre otros.
“No habló mucho de política, pero lo poco que dijo tuvo que ver con mostrarse amplio y con la necesidad de que el Frente de Todos aglutine a los distintos sectores”, explicó a PERFIL uno de los asistentes al evento. El diputado es el encargado de tejer los acuerdos para que la alianza llegue unida al próximo año, mientras Cristina Kirchner sigue dominando la escena pública. En estas semanas, este protagonismo será desde las novedades judiciales ya que, por ahora, no tiene en agenda un nuevo acto político.