Así como cuando asumió el presidente Alberto Fernández cuestionó el nivel de reservas que le dejó en el Banco Central su antecesor Mauricio Macri, y como también él, a su vez, le cuestionó exactamente lo mismo a Cristina Fernández de Kirchner cuando le entregó el Gobierno, la situación de las reservas hoy sigue siendo letal y una bomba de tiempo para la próxima gestión, sea del color político que sea.
El ex presidente del Banco Nación y uno de los economistas más cercanos de la oposición, Carlos Melconian, dijo que la situación actual se asemeja al 2015, cuando por entonces el titular del BCRA era Federico Sturzenegger.
“La reservas en Argentina medidas como creo que se ha descubierto ahora que son negativas, son negativas desde diciembre de 2020. Argentina ha convivido con reservas negativas todo el 2021 y lo que va del 2022.”, afirmó Melconian en declaraciones radiales.
En cuanto a las reservas netas del BCRA , según cálculos de la consultora ACM al 12 de agosto, se contaba con un stock de U$S 3.493 millones, pero de restar los DEG’s que el fondo permite contabilizar quedarían en un saldo negativo de U$S 909 millones.
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En los últimos días el Banco Central pudo frenar el sendero bajista, en parte porque disminuyó el pago de las importaciones de energía a lo que el ministro de Economía de Sergio Massa justificó la sangría de las reservas del Banco Central al sostener que el Gobierno priorizó “soltar un poquito de reservas” pero “no cortar el gas y las luz”.
Otro punto fue que, a cuentagotas, el BCRA estuvo con compras positivas en las últimas ruedas con lo cual al cierre de ayer contó con un total de reservas brutas en US$ 37.063 millones. Sin embargo, a pesar de eso algunos economistas advirtieron esta semana que se estarían usando encajes privados de los bancos para pagar algo de las importaciones, porque los DEGs del FMI no se pueden usar y el oro guardado que no es tan fácil de liquidar.
Debido a esta situación crítica de las reservas también está activo de las reservas el swap chino, lo cual fue confirmado por el propio presidente del Banco Central, Miguel Pesce. El intercambio comercial con China ronda los US$ 13.000 millones y un déficit de US$ 7.000 y el límite es de 20 mil millones de dólares. Pero Pesce anticipó que se usarán en caso de que crecieran las importaciones chinas.
Factor tasas. Santiago Manoukian, asesor económico de Ecolatina, dijo a PERFIL: “Ayuda hacia adelante que hayan subido fuerte la tasa de interés porque desincentivan un poco a los sectores que estaban viendo una tasa real negativa y podían sentarse sobre su producción porque la tasa de apreciación venía subiendo más que la tasa de interés”.
Y agregó: “entonces la expectativa era más conveniente tomar crédito barato e importar a un tipo de cambio, que tengo expectativa que salte, y el exportador incentiva a tomar crédito barato mientras posterga la venta de sus producción”.
La situación también es crítica porque se aproxima la fecha de la meta del tercer trimestre, que se debería de llegar con una variación en la acumulación de reservas por unos US$ 4.100 millones, la misma cantidad que este año se destinó a las importaciones energéticas.
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Cabe recordar que la meta del segundo trimestre tuvo que ser reajustada porque a pesar de los artilugios contables de la entidad monetaria no se llegaba a cumplir lo pactado en el acuerdo con el FMI. En septiembre comenzará la siguiente revisión que mirará esta situación con lupa.
En este punto, algunas consultoras privadas estiman que se deberían de juntar a razón de 100 millones de dólares por día de saldo positivo en las arcas del Central para llegar a septiembre.
“En este sentido es complicado determinar cuál va a ser la estrategia del gobierno, por un lado una devaluación en el contexto actual parece necesaria. El problema es que esto tendría un costo político, el cual no es del todo claro que el gobierno esté dispuesto a aceptar”, sostuvo a Perfil Agustín Berasategui, economista de la consultora ACM.
La consultora PXQ, del economista y ex viceministro de Economía Emanuel Álvarez Agis, simuló una devaluación del 50% y eso implicaría una inflación del 113% anual y una recesión económica en los próximos nueve meses.