Desde el inicio de la causa, a fines de febrero de 2012, los Ciccone se aseguraron de que quedarían como testigos en la investigación contra el vicepresidente Amado Boudou. Así pudo reconstruirlo PERFIL con diferentes fuentes que participaron de la estrategia de una de las familias más poderosas de las últimas décadas. Sólo ellos pueden llevar al vicepresidente al banquillo de acusados en este caso.
Señalados como aliados de la dictadura militar y del empresario Alfredo Yabrán, no habrían perdido las mañas a la hora de salvarse, y para eso enviaron mensajeros para advertir a la Justicia desde el primer momento que complicarían a Boudou y sus socios si declaraban como testigos en la causa.
A fojas 24 del expediente, el primer fiscal del caso, Carlos Rívolo, dejó resumida la trama que se confirmó esta semana, un año y medio después. Por eso, ya tenía preparado un pedido de indagatoria a Boudou por supuestas negociaciones incompatibles con la función pública que nunca llegó a entregar al juez Daniel Rafecas. Ambos fueron apartados en mayo de 2012.
Según fuentes directas de los hechos, los Ciccone contaron extraoficialmente lo que sabían y lo que iban a contar con quienes manejaban la causa entonces. Por eso, la Justicia ya conocía cómo los viejos dueños de la imprenta de billetes se contactaron con Boudou a través de Núñez Carmona, sabían de las amenazas, de la extorsión y de cómo perdieron el 70% de las acciones. El escenario se aceleraba hacia mayo cuando el vice logró arrebatarle el expediente al juez y al fiscal de entonces.
En ese trayecto ya habían comenzado las amenazas denunciadas por el yerno de Ciccone, Guillermo Reinwick. “Seguís sin entender nada, presentaste un abogado en la causa, te vamos a meter preso a vos y a tu abogado”, le dijo Núñez Carmona a Reinwick, según el testigo. También declaró que le dijo: “Vos tocás al vicepresidente y yo le meto un tiro a un hijo tuyo”.
Nicolás Ciccone declaró el jueves que una vez que The Old Fund se hizo del 70% de las acciones de la empresa “las decisiones de todo las tomaba Núñez Carmona”. También contó: “Boudou le afirmó a mi hermano (Héctor) que todo lo manifestado por Núñez Carmona era avalado por él”.
El juez Ariel Lijo, a cargo de la causa desde mayo de 2012, debió adelantar las declaraciones testimoniales de los Ciccone cuando supo que el fiscal ante la Cámara de Casación, Javier De Luca, le dio la derecha a la defensa del vice y dictaminó que “los hechos –en la causa– son relatados por los investigadores de manera muy general” y que en el expediente no se terminaron de definir con precisión los posibles delitos investigados.