“Vamos a tratar de que todos los inversores privados acepten, con el grupo de acreedores y con el FMI. Nadie quiere un nuevo 2005”, explica Hans Humes, el CEO del fondo Greylock Capital y uno de los armadores de la negociación de deuda privada de la Argentina.
Presentado como un “diplomático” de las reestructuraciones que trabajó en los casos de Puerto Rico y Grecia, Humes, un inversor estadounidense, conoce a muchos de los actores actuales de la negociación, como Martín Guzmán, pero también a los asesores Daniel Marx y Emmanuel Alvarez Agis. En el caso de la deuda local, es el responsable de traccionar a un grupo de tenedores de títulos argentinos emitidos bajo ley extranjera que nuclea a más de ochenta acreedores. Ese conglomerado designó como asesores a UBS Securities y Mens Sana Advisors porque conocen los lineamientos del G20 para negociaciones de deuda justas. Es un “grupo grueso” que apunta a abrir un diálogo y analizar las propuestas. Según entienden, el Gobierno no pondrá sobre la mesa nada que no pueda ser aceptado.
La negociación con el Fondo Monetario Internacional puede ir en paralelo. De todas formas, todos los actores se conocen entre sí y todos toman decisiones en base a los mismos números, por lo que entienden que no hay razones para no mantener comunicación con el Fondo durante la negociación.
Humes participó de la negociación de deuda con Puerto Rico, al igual que Guzmán. “Es una buena persona en el rol. Entiende el proceso de reestructuración de deuda y sabe cuáles son los posibles problemas”, explica. Vino varias veces a Buenos Aires y prevé volver hacia fines de enero, cuando se espera que la propuesta esté más encaminada.
Vivió en América Latina –en Chile, en el 81, durante la dictadura de Pinochet– y antes se había mudado con su familia a Nigeria, cuando tenía 3 años. Es un viejo conocedor
El Gobierno está en proceso de convocar a los asesores e identificar a los bonistas. Esta semana, la Secretaría de Finanzas abrió la segunda parte de la convocatoria para avanzar en la formalización de una propuesta.
Los bonistas que representa UBS no van a presentar una propuesta sino que van a analizar lo que ofrezca el Gobierno, aunque confían que Economía presentará un plan sensato, que pueda aceptarse.
La negociación puede ser rápida, como propone el Gobierno. “El caso de Grecia era mucho más complicado, pero una vez que hubo acuerdo solo llevó seis semanas resolverlo”, explicó.
Sobre ese caso, marca que sin las recetas ortodoxas habituales, Grecia podría haberse recuperado más rápido. “Hay que asegurarse de que la gente en las calles tiene salud, comida. No se puede tener al 40% de la gente en la pobreza”, asegura sobre la Argentina y muestra su coincidencia con el análisis de Alberto Fernández.
Escalada. Para el mercado, el conflicto entre Estados Unidos e Irán puede ser una distracción. También entre Venezuela y los Estados Unidos. Hay riesgos políticos, pero el gobierno de los Estados Unidos empieza a entender que la Argentina es un país soberano y no puede dictarle los términos. En ese marco, en Wall Street marcan que si bien Alberto Fernández no es Mauricio Macri, lo que presenta un gran cambio, no es necesario un liberal como Macri para tener la confianza del mercado. El ejemplo más renombrado es el de Luiz Inácio Lula da Silva, que llevó a Brasil a tener investment grade.
La lectura de mercado es que Fernández intenta mantener reservas y la estabilidad. “La Argentina tiene que estar muy orgullosa de sí por las elecciones, la transición pacífica. Eso es realmente bueno y fortalece a las instituciones”, remarca Humes frente al contexto regional.
En sus fotos se lo puede ver navegando, esquiando y andando en bicicleta, entre otros deportes, algunos extremos. Pero no considera que ser acreedor de la Argentina también constituya un deporte extremo. “Se pueden aplicar las lecciones del paracaidismo, donde cuando vas rápido tenés que desacelerar y cuando se va lento, hay que acelerar. Si se entra en pánico, ahí es donde se cometen errores”, remarcó.
La negociación con Estados Unidos y el Fondo
Esta semana, Sergio Chodos desembarcará en Washington como el representante local ante el FMI. Hacia la residencia de la avenida New Hampshire partirá, también, Jorge Argüello, quien ya ocupó esa residencia. Y con ellos estará Cecilia Nahón, también ex embajadora en Estados Unidos, como representante alterna ante el Banco Mundial.
En los primeros días, se espera un encuentro entre Chodos y el nuevo jefe del staff Argentina del FMI, el venezolano Luis Cubeddu. Aunque en el Fondo lo señalan como un encuentro habitual, como con todos los jefes y jefas de misión.
Para quienes conocen el Fondo Monetario, Estados Unidos es un país clave. Sin embargo, para el mercado, hoy Donald Trump está concentrado en la campaña y los conflictos con Irán y China. Para el mercado, el gobierno de Washington da señales de entender que los países son soberanos, y si bien había predilección por Mauricio Macri, consideran que las señales que envió Alberto Fernández fueron bien recibidas, en cuanto al mandato de mantener cierto equilibrio fiscal. En ese sentido, remarcan que se alejaron las preocupaciones que se habían manifestado después de las PASO, aunque esperan más certezas.