La fiscal Viviana Fein recibió este miércoles el informe final de la junta criminalística, compuesta por peritos oficiales y de las partes: Daniel Salcedo por la querella y Luis Olavarría por la defensa.
La elaboración del documento, firmado además por Alfredo Horacio Sapag, Juan Ronelli, Nicolas Vega Laiun y Edgardo Ríos, se basó en el estudio de los patrones de las manchas de sangre presentes en el baño principal del departamento 2 del piso 13 de las torres Le Parc, donde Alberto Nisman fue hallado muerto el 18 de enero pasado.
Los peritos oficiales llegaron a una conclusión con 13 puntos. Entre ellos, determinaron que Nisman “se habría encontrado parado frente al vanitory, junto a la bañera, sobre la alfombra, de cara al espejo y con el lateral derecho del torso levemente perfilado hacia la puerta, al momento de producirse el disparo”. Creen que la posición en la que quedó el arma, debajo del hombro, y de la vaina, se corresponden a esta posición. Prueba de esto es la mancha de sangre que se encontró en la mesada.
Determinaron que fue producto de la salida de sangre, boca, oído u orificio de entrada de la bala. Además, observaron “escurrimientos y salpicaduras hemáticas sobre ambas manos compatibles con retroproyección (backspatter) generada por disparo de arma de fuego efectuado a corta distancia, lo que indica proximidad de ambas manos a la herida”. Por esta razón, sostuvieron el doble empuñamiento de la pistola.
Los peritos también detallaron cómo se habría desplomado el fiscal y su posición final: “Habría caído hacia atrás con posibles escalas, en dirección a la puerta del baño cuyo panel se encontraba cercano al marco o cerrado al momento del desplome, atravesando en su trayectoria el espacio izquierdo del ambiente ocupado por el cadáver”.
El informe concluye afirmando que no se encontraron rastros de la presencia de terceros ni de arrastre, a diferencia de la querella, que presentó un informe a Fein en un sobre cerrado que incluyó un recreación en 3D del supuesto homicidio.
Según la animación y el informe de Salcedo, Nisman fue ejecutado de rodillas por un hombre que se colocó por su espalda, hacia su lado derecho. Las ausencia de manchas de sangre en una porción de la mano derecha del fiscal es, para el ex jefe de la Bonaerense, prueba de que un homicida posó su mano derecha sobre la del fiscal y disparó.
Ese reporte, además, sumó una nueva hipótesis para explicar esa figura: indicó la posibilidad de que el hombre mantuvo la mano de Nisman presionada sobre la mesada del baño y lo ejecutó con la mano izquierda. Según esa tesis, Nisman cayó de lado, en el medio del baño y el asesino lo movió hacia un lado de la bañera y lo posicionó de frente, luego, le levantó el brazo desde la mano izuierda para ubicar el arma debajo del cuerpo. En ese momento, afirma el estudio de la querella, la mano izquierda fue manchada con sangre que llevaba el asesino.
Salcedo fundamentó la presencia de un tercero en la escena con tres manchas de sangre: la puerta presenta salpicaduras a unos 60 centímetros de altura, en diagonal, y una marca detrás de la cabeza del fiscal que muestra que tuvo “un vaivén”. El perito de Arroyo Salgado sostuvo que esa marca se originó cuando el asesino dejó el baño, al abrir la puerta. Por otro lado, señaló una gota de sangre cerca de las rodillas del fiscal que, según su tesis, no pudo ser provocada por la víctima porque no tenía sangre suficiente en sus manos.
Por último, Salcedo insistió en que la mancha de la remera no pudo ser absorbida en el lugar en el que quedó el cuerpo, y cree que las gotas del otro extremo de la prenda pertenecen a un goteo estático que provino del homicida.
La querella criticó el accionar de los peritos de Policía Científica que levantaron los rastros, según esta postura, no respetaron el protocolo por lo que se parte de premisas falsas que dan falsos resultados. Pidió especialmente darle valor a la ausencia de rastros de deflagración del disparo en las manos del fiscal.
En cambio, Olavarría concuerda con todos los aspectos de la pericia oficial, excepto que intentará demostrar que la mancha del lavabo es producto de una “bucorragia” pero no descarta que haya salido de la herida. Asimismo, aportó un anexo con 24 puntos que fundamentan por qué el fiscal no estaba arrodillado al momento del disparo.
(*) De la redacción del Diario PERFIL, especial para Perfil.com. Twitter @cdilodovico.