POLITICA
Elecciones 2023: los candidatos

Patricia Bullrich: de la izquierda peronista a la campaña presidencial por el ala dura macrista

Sus adversarios le pasan factura por su pasado, pero ella se mantiene firme en su posición. La historia de sus cambios. Fuerzas de seguridad, distancia con el feminismo y el cuidado para mantener su vida privada fuera de las mirada pública.

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Cierre de campaña, acto de Bullrich. | Pablo Cuarterolo

Patricia Bullrich siente que está cerca. La primera vez que le confirmó a su entorno que quería ser presidenta fue en marzo del 2021. Faltaban más de dos años para las elecciones, pero estaba convencida de que el país quería un cambio. Con esa certeza, inició un camino que la convirtió en una de las candidatas más competitivas.

Hace apenas unos días, el diario El País de España la bautizó como “la dama de hierro argentina” y para ella bien podría ser un logro: desde hace años construye su imagen sobre la base de un discurso “duro”. Y si alguna duda quedaba, la referente del Pro la despejó con su spot del 7 de agosto: “Si no es todo, es nada”.

Dijo que hace falta “mucha fuerza para recuperar el orden” y que el plan económico va a tener que defenderse “en la calle”. Su objetivo inmediato es ganar las elecciones internas del 13 de agosto frente a Horacio Rodríguez Larreta, quien se lanzó a la carrera presidencial con un discurso antigrieta.

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Un colaborador cercano de Bullrich dice que “a todo o nada no significa salir con palos”. Y, aunque el spot muestra imágenes de caos social y manifestaciones piqueteras, dice que ella quiere defender a movimientos sociales como “el de los padres que exigen abrir las escuelas”. Para él, cualquier interpretación de otro tipo fue instalada. “Desde el larretismo exageraron en ubicarla como ‘violenta’”, subraya.

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Por ahora, todos los dardos del bullrichismo son contra Rodríguez Larreta. Ya sea que gane o que pierda en las PASO, la gran pregunta es cómo los dirigentes van a poder sostener una coalición después de meses de una interna salvaje.

En la provincia de Buenos Aires sus adversarios la acusan de “jugar sucio” y de instalar candidatos paracaidistas en distritos que estaban organizados. Y quizás uno de los momentos más álgidos del 2023 haya sido cuando la candidata favorita de Bullrich en Santa Fe, Carolina Losada, acusó a su adversario, Maximiliano Pullaro, de tener vínculos con el narcotráfico.

bullrich losada

En el entorno de la dirigente minimizan la virulencia, dicen que Bullrich siempre respetó a Rodríguez Larreta, que haber puesto candidatos propios en los municipios “es construcción política” y que “no hay que endilgarle a Patricia cosas que dijo Carolina”.

Cuál será su postura a partir del 14 de agosto es un misterio. Sin embargo, si se mira su trayectoria se puede comprobar que a Bullrich cambiar de opinión no le cuesta demasiado.

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“Conservadora no es. Podría ser liberal. Pero no le tiene miedo al término ‘derecha”, dicen en su entorno. A los 67 años, Bullrich se convirtió en una de las referentes de un sector en ascenso, pero no siempre fue así.

Hija del médico Alejandro Bullrich y de Julieta Luro Pueyrredón, se crió con sus tres hermanos en una familia aristócrata. En su linaje aparecen políticos y empresarios de la clase alta argentina ya desde el siglo XIX. No es la única del clan que en la actualidad tiene una vida pública, sino que también lo hicieron sus primos: la cantante Fabiana Cantilo y el dirigente del Pro Esteban Bullrich.

bullrich infancia

Pero Patricia se rebeló contra la historia familiar en los ‘70, cuando tenía 15, y tomó una decisión que desconcertó a todos: se unió a las filas de la Juventud Peronista.

bullrich jp

Su hermana Julieta se casó con el líder montonero Rodolfo Galimberti, con quien Patricia creó una relación de máxima confianza. En 1977 se exilió. Vivió en México, en Europa y en Brasil y en uno de sus intentos por volver, después de la Guerra de Malvinas, pasó un breve período presa.

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Su seudónimo era “Carolina Serrano” y aunque se esfuerza en repetir que tiene una mirada crítica sobre ese momento histórico, su pasado siempre vuelve. En julio, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires aparecieron carteles que decían “Carolina Serrano presidenta” y el bullrichismo habló de “campaña sucia”.

carolina serrano bullrich

El regreso de la democracia: peronismo de Cafiero, Alianza y macrismo

Los ‘80 la acercaron a Antonio Cafiero. Fue electa diputada en 1993 y al final de la década, cuando la conocían como “La Piba”, su carrera volvió a dar otro giro y se acercó a Fernando De La Rúa. Fue ministra de Trabajo, otra etapa que le recuerdan con frecuencia en esta campaña por el recorte del 13% del salario de los trabajadores estatales y jubilados.

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Con la caída de De la Rúa se acercó a otros dirigentes que se habían alejado de los partidos tradicionales, como Ricardo López Murphy (fue candidata a jefa de Gobierno porteño por Recrear en 2003). En 2007 volvió a la Cámara baja de la mano de Elisa Carrió. Y en 2015 llegó al Ministerio de Seguridad de Mauricio Macri. Pero sobre ese vínculo también le pasan facturas: cuando eran rivales, Bullrich cuestionaba al empresario y le decía “corrupto” en televisión.

bullrich de la rua

Sin embargo, Bullrich y Macri supieron acercarse. Como ministra de Seguridad de Cambiemos llevó al límite la defensa de las fuerzas de seguridad y terminó de delinear su perfil “duro”.

El respaldo al operativo en el sur que terminó con la muerte de Santiago Maldonado o la reivindicación del policía bonaerense Luis Chocobar, condenado por matar a un ladrón en La Boca, la enfrentaron para siempre con los organismos de derechos humanos.

bullrich macri awada

Feminismo, Modelo Merkel y bajo perfil familiar

Ella, estoica, se mantuvo firme. Su olfato le decía que había un sector que quería una representación de este estilo. No se movió ni siquiera cuando en 2018 los movimientos feministas llenaron las calles y la clase política se esforzaba por mostrar cierta deconstrucción. En esta campaña, por ejemplo, una de las pocas veces que Bullrich habló sobre cuestiones de género fue para respaldar a la ministra porteña Soledad Acuña, que había reclamado que se cierre el Ministerio de las Mujeres.

“Está de acuerdo con la igualdad de oportunidades, pero nunca se metió en el movimiento. Patricia se construyó sola y las feministas se portaron mal con ella, la invisibilizaron y atacaron. La única que alguna vez la defendió fue Diana Maffia, que escribió un artículo cuando la ridiculizaron por salir en televisión despeinada”, dice alguien que la conoce.

La idea de la “self made-woman” se repite en su entorno y sus allegados dicen que el suyo es el “Modelo Merkel”. Al igual que la alemana, Bullrich es la mujer política de su familia. Su esposo desde hace más de treinta años, Guillermo Yanco, pertenece al mundo cultural y no quiere saber nada con la rosca. Su único hijo, Francisco Langieri Bullrich, nacido de su relación con Marcelo Langieri, se dedica a la actividad privada en el sector gastronómico.

marido bullrich

Francisco tuvo un acercamiento a la política durante el macrismo, cuando fue designado en el Ministerio de Modernización, pero se tuvo que ir en 2018 luego de que Macri publicara un decreto que le prohibía a los familiares de los ministros ser parte de la estructura de Gobierno.

Hoy Guillermo y Francisco son parte de la celosísima intimidad de Bullrich, que hace malabares con su agenda para ver a sus nietos tres veces por semana. Esa faceta de su vida sucede fuera de las cámaras. Para ser la candidata dura es mejor guardarse la ternura.

ff CP