La cúpula de ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, aceptó la renuncia del jefe de la Policía Federal, Román Di Santo, en la que adujo “cuestiones personales”. Era uno de los pocos funcionarios que habían sobrevivido al cambio de gestión.
Desde diciembre existían rumores que ponían en duda la continuidad de Di Santo al frente de la fuerza. El presidente, Mauricio Macri, le asignó la responsabilidad de concretar el traspaso de parte de la Federal a la ciudad de Buenos Aires.
Di Santo, casado y con dos hijos, había sido designado en 2012 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en reemplazo de Enrique Capdevila.
A su vez, la jueza Palmaghini mencionó a Di Santo en su fallo ubicándolo en la escena de la muerte del fiscal, que según sus palabras, había sido "contaminada".
En su reclamo al presidente de Boca Juniors, la diputada nacional de Cambiemos, Elisa Carrió, fue una de las voces que desde el oficialismo expuso la interna que se vivía sobre Di Santo. "Angelici, no maneje la Justicia Federal porque voy a ir contra usted. Se lo estoy diciendo al presidente de Boca Juniors. No mantenga a Di Santo como jefe de la Policía Federal porque ensució el crimen de Nisman, aunque esté en su mesa chica", lanzó.