Daniel Scioli y Mauricio Macri pretenden continuar liderando la carrera hacia 2015 en la que está en juego la sucesión presidencial. Uno es el gobernador de la provincia de Buenos Aires y el otro el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Ambos quedaron este año afuera de las listas de candidatos pero vieron irrumpir a un nuevo competidor, el aspirante a diputado del Frente Renovador, Sergio Massa. Y enfrentan ahora el impacto del cambio de escenario político en su imagen.
Las vicisitudes del Gobernador. A pesar de que el nombre de Scioli no estuvo impreso en la boleta del Frente para la Victoria, el mandatario vio caer su imagen producto del protagonismo que eligió tener en la campaña. Según una encuesta nacional de Federico González y Cecilia Valladares Consultores, en asociación con la firma MGMR, la imagen del gobernador cayó 13 puntos con respecto a 2012. En aquel entonces tenía una percepción positiva del 40,5% y era visto por la mayoría de la sociedad como una víctima del Gobierno. Las noticias reflejaban la desconfianza del Gobierno con respecto a su postura frente al enfrentamiento con el Grupo Clarín, el kirchnerismo trababa proyectos de Scioli en la Legislatura bonaerense y demoraba fondos para ayudar a las exiguas arcas provinciales.
Ahora, prácticamente un año después, la imagen positiva de Scioli se ubica en un 27,5%. En el medio, el Gobernador se volcó de lleno a apoyar la lista de diputados oficialistas, la Casa Rosada evitó nuevas críticas y, por el contrario, los dirigentes que antes lo cuestionaban ahora lo elogian.
De acuerdo a los encuestados, el 38,6% empeoró su visión sobre Scioli luego de que decidiera apoyar la candidatura del primer candidato a diputado, Martín Insaurralde. A la vez, el 20,3% contestó que la mejoró su imagen y el 33,8 que se mantuvo igual.
Días después del cierre de listas que dejó como novedad la postulación de Massa, Scioli vio peligrar el liderazgo del Partido Justicialista y, por ello, decidió ponerse al frente de la campaña. Con el objetivo de restarle votos al intendente de Tigre, el gobernador inició un raid por diferentes distritos en los que se mostró junto a Insaurralde. Según la encuesta, el 66,9% de los entrevistados asegura que este nuevo rol que Scioli mostró en campaña es por conveniencia (66,9%) antes que por convicción (23.1%).
Perfil opositor. A diferencia de Scioli, el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri vio crecer su imagen positiva con respecto a 2012: pasó del 27,2% al 36,9%. Si bien la mayoría de los consultados cree que la irrupción de Sergio Massa también pone en peligro sus aspiraciones electorales, el jefe del Gobierno porteño mantiene su fortaleza, pero sobre todo en el distrito capitalino.
Hace dos semanas, cuando la agenda la marcaba la competencia electoral legislativa, el jefe de gobierno porteño volvió a hacer públicas sus aspiraciones presidenciales y logró ganar algunos casilleros en esta carrera que lo posiciona tercero. Ratificó sus aspiraciones presidenciales y su tono opositor.
Macri logra un mayor apoyo en los encuestados en la Capital Federal, distrito que gobierna, mientras que a medida que los consultados se alejan de la Ciudad, pierde apoyo.
Con la incursión de Massa en las elecciones legislativas, tanto Scioli como Macri ven peligrar su sueño presidencial. Según la encuesta, el 39,1% tiene menos ganas de votar a Scioli como presidente luego del triunfo electoral del 11 de agosto en el que el candidato del Frente Renovador obtuvo más de cinco puntos de diferencia contra el Frente para la Victoria. A pesar de ello, Scioli continúa siendo el dirigente que más intención de voto a presidente obtiene.
En tanto, el 35% de los consultados aseguró que, después del triunfo del intendente de Tigre, posee menos ganas de emitir su voto a favor de Macri.
Los tres protagonistas, Scioli, Macri y Massa, inevitablemente avanzan hacia una confrontación, ya que los tres aspiran a encarnar una candidatura presidencial que se apoya en un electorado similar.
El jefe de Gobierno porteño tejió una alianza con Massa en la que, entre otros acuerdos, se incorporó a tres candidatos a diputados nacionales del PRO en su lista. Sin embargo, ambos dirigentes nunca se mostraron juntos y las diferencias no tardaron en aparecer. El propio Macri dijo después de la elección que esta alianza era por el voto útil contra el kirchnerismo y se mostró como un competidor hacia 2015.
Las diferencias emergerán con mayor fuerza después de los comicios del 27 de octubre. Scioli necesita reducir la ventaja de Massa. Y Macri mantenerse como referente de la oposición, sin que el intendente de Tigre termine por opacarlo. Por fuera, con un sustento diferente, avanza Hermes Binner.
Si la Argentina evita nuevas sorpresas, uno de los cuatro nombres terminará por convertirse en el sucesor de Cristina Fernández de Kirchner. Al menos, según los números que ahora circulan entre los encuestadores.