Aunque en los últimos meses Cristina Kirchner consiguió un repunte en su imagen positiva, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, sigue siendo más “mimado” que ella en la opinión pública. La imagen positiva del bonaerense tuvo una leve caída en la apreciación popular en los últimos meses del año pasado, pero luego se levantó, y alcanzó un 54% en marzo de este año. Mientras tanto, la de Cristina llegó al 48 por ciento.
Un dato revelador de la encuesta, realizada por Mora y Araujo, es que Scioli tuvo su pico de popularidad en julio de 2012, justo cuando peleaba con la Nación por el envío de fondos para pagar sueldos y aguinaldos de los estatales bonaerenses. Estos números confirmarían que la Casa Rosada giró los fondos obligada por las circunstancias, ya que la gente interpretó el retaceo de la asistencia como un castigo político hacia Scioli, que había blanqueado sus intenciones de postularse para la presidencia de la Nación, un pecado en el mundo K.
El intendente de Tigre, Sergio Massa, es el mayor beneficiado en la encuesta, dado que, además, de registrar un aumento en su imagen positiva muy considerable —pasó del 33% al 65% en los últimos meses—, es además quien menos depende del apoyo de otro candidato para sumar votos. En otras palabras, la intención de voto de Massa es igual si juega por dentro o fuera del kirchnerismo. Massa es, al igual que Scioli, un adicto al marketing: compra espacios publicitarios en canales de cable, realiza eventos artísticos o deportivos (como el partido de tenis entre Juan Martín del Potro y Roger Federer) y se luce con las cámaras de seguridad en su distrito que, muchas veces, sirven para atrapar delincuentes.
El socialista Hermes Binner cosechó un crecimiento de su imagen positiva fenomenal. De octubre de 2011 hasta ahora pasó del 12% de aprobación, al 48 por ciento.
Los personajes mencionados tienen un cargo ejecutivo, es decir, están sometidos al desgaste que provoca la gestión en cualquier político. En el caso de Cristina, ese desgaste la lleva a tener una aceptación de su gestión de un 47%, mientras que el 51% rechaza su forma de administrar. El porcentaje de aprobación de la gestión de Scioli es igual al de la jefa de Estado. Sin embargo, la desaprobación es mucho menor, porque se registra gran cantidad de indecisos. El 37% de los consultados rechazó la administración del bonaerense. El caso de Massa es llamativo: el 58% de la gente aprueba su gestión, y sólo 9% la desaprueba, el resto de los encuestados prefirió no contestar.
El sondeo de Mora y Araujo también hace hincapié en la percepción de los principales problemas por parte de los argentinos. Primero figura la inseguridad; en segundo término, la inflación, y en tercer puesto, el desempleo.
De la consulta a la gente surge que Massa o Scioli son los dos que mejor están preparados para combatir los delitos. El intendente de Tigre destina mucho dinero a promocionar las acciones contra la inseguridad, como el uso de cámaras en toda la ciudad. Scioli, por su lado, aplica una política de “mano dura”, dándole vía libre a la policía bonaerense para reprimir todo tipo de conflictos. Cristina, otra vez, aparece atrapada entre Massa y Scioli: está tercera en la lista de los que pueden resolver la inseguridad.
Será por eso que son sus principales enemigos en sus discursos.