Esta semana, los intendentes bonaerenses intercambiaron llamadas con una certeza: la pueblada por el crimen de Karen Santos en Junín puede repetirse en sus distritos ante cualquier hecho de inseguridad. Y, en medio de una campaña electoral, creen que la presencia de las cámaras de televisión son determinantes y pueden complicar la elección.
Esta preocupación atraviesa a los alcaldes que mantienen diferencias con el Gobierno nacional, pero también a los más fieles defensores del kirchnerismo. La cobertura de los canales de noticias se convirtió para los intendentes en una inquietud central de su futuro político.
Desde el municipio de Junín, gobernado por el radical Mario Meoni, aseguran que C5N se valió de un periodista con simpatías kirchneristas para la primera crónica de los incidentes. “Enseguida llegaron sus cámaras y comenzaron a exaltar a la gente a través de la pantalla”, se quejan los allegados a Meoni. La mirada entrelaza sin distingo televisión e intencionalidad política.
Sobre el canal de noticias, actualmente en manos del empresario kirchnerista, Cristobal López, un intendente del Conurbano se queja de que “te mandan las cámaras de C5N, te calientan a la gente con el periodista, te meten a algún barra de un club que incita a los que se manifestaban tranquilos y en diez minutos tenés incendiada la municipalidad”.
“Una cámara hoy puede ser más generadora de violencia que el hecho por el que se protesta”, detallaron en Junín, en donde el viernes se evitó una nueva pueblada ante otro crimen. Por ello, el viernes, ante la difusión de otro homicidio en Junín, el municipio convocó a los clubes, la cámara de comercio y a la Iglesia para dar un mensaje de “paz y serenidad” y pedir que no se manifieste. El plan antipuebladas estaba en marcha.
El trasfondo político es el recalentamiento de la pelea electoral. Los funcionarios municipales con los que la Casa Rosada mantiene diferencias saben que el kirchnerismo le librará una batalla local. Por ello, la mayoría se cuidó de mantener sus presupuestos con superávit y ser prolijos en el manejo de la gestión. Pero reconocen que ante un hecho de inseguridad están “desprotegidos y sin red”. Para evitar que se repita un estallido como ocurrió en Junín, los jefes comunales de la UCR decidieron reunirse y acordaron moverse en bloque. También hablaron con los intendentes encolumnados con el alcalde de Tigre, Sergio Massa. “Quedó claro que no podemos encubrir a Scioli, hay que decir claramente de quién es la responsabilidad, que es de Scioli. Acordamos que el que cubre a Scioli, se queda solo, y al que hable claro, se lo ayuda, porque acá el único que hoy es culpable es el gobernador”, explicó un alcalde. El enojo era con Meoni, que nunca le apuntó a Scioli.
En noviembre del año pasado, Olavarría también sufrió una pueblada tras la aparición sin vida de Jonathan Stramessi. Las cámaras de C5N llegaron rápidamente. Los massistas cren que “ese fue el primer” ensayo.
Pero los funcionarios opositores no son los únicos en enfrentar las cámaras. “Cada vez que hubo hechos de inseguridad automáticamente aparecieron movileros de TN (Grupo Clarín) convocando a marchar contra el intendente”, sostuvo el intendente de Lanús, el kirchnerista Darío Díaz Pérez cuando en enero las cámaras de este canal de cable se instalaron en el distrito por el crimen de un empresario, que en realidad, había sucedido cinco años antes.
La pueblada en Junín alertó a los alcaldes opositores. Por ello, los intendentes massistas creen que Massa debe anunciar su candidatura: “Los disturbios se pueden explicar con un candidato en la cancha, la gente entendería que son peleas políticas”, interpretan. Otros le ponen un freno: “No es lo mismo soportar dos meses de embates que siete.
Con candidato o sin candidato, un muerto es un muerto y lo tiene que explicar Scioli hasta que nos dé el manejo de la policía”.
Casal tendrá agenda cargada
La disputa entre el kirchnerismo y Daniel Scioli que actualmente pasa por los fondos provinciales puede nuevamente librarse en el área de la seguridad.
El mandatario bonaerense sabe que la Casa Rosada puede volver a arremeter contra él y no descarta que los hechos de Junín sean un mensaje de la pelea que se viene.
Por ello, le pidió a su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal que tenga una fuerte agenda pública con dos temas centrales en plena campaña electoral: la política de desarme y la lucha contra las drogas.
Esta vez, Scioli no sólo deberá resistir las críticas del Gobierno nacional, sino también de los intendentes bonaerenses que reclaman desde hace tiempo la policía comunal.
Los jefes comunales más críticos van a evitar confrontar con la Casa Rosada por materia de Seguridad (como lo hizo el alcalde de Junín Mario Meoni la última semana). Y de ahora en más tenderán a apuntar a Scioli como el máximo responsable.