Con sigilo, dirigentes sindicales apuntalan en pleno año electoral sus aspiraciones para suceder en la dirección de la CGT a Hugo Moyano y a Antonio Caló. El congelamiento de las negociaciones por la unidad no oculta el hecho de que los dos ya han ofrecido dar un paso al costado –algo que todos coinciden en señalar como necesario para terminar con la división– y dan muestras de que no están dispuestos a perdurar en su rol. Sus mandatos vencerán el año que viene, pero la reactivación de las gestiones de unidad que todos esperan tras las elecciones podría acelerar los tiempos.
Los que ya están lanzados y ocultan cada día menos sus aspiraciones son Juan Carlos Schmidt (de Dragado y Balizamiento y secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte –CATT–, impulsora del próximo paro general), Gerónimo Venegas (de Peones Rurales y secretario de Interior de la CGT Moyano) y Omar Maturano (de los Maquinistas Ferroviarios y actor clave detrás de las últimas medidas de fuerza).
Schmidt y Maturano coinciden en ser dos dirigentes de gremios chicos y en haber sido actores clave en el armado del transporte que impulsó el paro del 31 de marzo e impuso la fecha de la medida de fuerza de este martes. Sin embargo, las diferencias son también grandes. Schmidt representa una visión más combativa del sindicalismo. Sueña con ser un nuevo Saúl Ubaldini y en representar una posición independiente en un escenario económico de ajuste. Maturano, en tanto, representa un peronismo más “ortodoxo” y mantiene posiciones más fuertes en relación con los sectores de izquierda que amenazan el dominio de varios sindicatos. Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado abiertamente en favor de alguno de los aspirantes a la presidencia.
Venegas, como responsable de interior y representante de los peones rurales, cimienta su trabajo en las seccionales cegetistas de las provincias. También en su perfil de fuerte opositor al Gobierno. En el plano político construye desde 2013 en torno a su Partido Fe un armado electoral propio y sostiene que “quien quiera hacer política no puede hacerlo desde la CGT”, una advertencia a los gremios oficialistas que se han alineado con el sciolismo y, muchos creen, sólo mostrarán sus cartas en la interna sindical con el nuevo gobierno.
Por el momento, no han surgido candidatos desde el sector de los Gordos y los Independientes, que dominan la mesa chica de la CGT oficial, que lidera Caló. Desde los principales gremios –algunos de ellos protagonistas de los acuerdos paritarios del 27% hace dos semanas– anticiparon que su futuro será el “perfil bajo”.
Pero nadie excluye que, si las urnas favorecen al oficialismo, los gremios industriales alineados con Scioli dejen de lado el perfil bajo y busquen entre sus principales dirigentes un nuevo aspirante a la dirección.