En armonía con el tono institucionalista que el Gobierno le da a la relación con el Papa, Mauricio Macri hará un viaje relámpago al Vaticano. Junto con su esposa, Juliana Awada, unos pocos funcionarios y tres gobernadores de la oposición, Macri se trasladará en un vuelo de Alitalia, se reunirá con Francisco y volverá a Buenos Aires. Todo en un lapso de menos de 24 horas.
Así, el próximo sábado 27 de febrero se concretará la primera reunión del actual presidente con el jefe de la Iglesia Católica, aunque se conocen desde cuando Macri era jefe de Gobierno y Jorge Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires. Si bien el vínculo entre ambos siempre fue zigzagueante, la detención de la jefa de la Tupac Amaru, Milagro Sala, volvió un poco más trabada la relación.
Ante ese contexto de frialdad, Macri optó por subir al avión a tres gobernadores de la oposición. Así, en su visita al Vaticano lo acompañarán los peronistas Juan Manuel Urtubey (Salta) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego), y el radical Alfredo Cornejo (Mendoza).
Macri además irá con su esposa, Juliana Awada; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller, Susana Malcorra; el secretario de Culto, Santiago “el Obispo” de Estrada; y el secretario de Planeamiento Estratégico, Fulvio Pompeo. En el Vaticano los esperará el embajador Rogelio Pfirter, diplomático de carrera y viejo alumno de Jorge Bergoglio en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe.
En un principio, Macri tenía previsto llegar a Roma el mismo sábado a las 7.30 de la mañana. Pero ahora el Gobierno evalúa la posibilidad de llegar el viernes 26 a la noche, porque la audiencia con Bergoglio arrancará puntual a las 9.30. Salvo la canciller Malcorra, que podría seguir viaje a Ginebra, Suiza, tanto Macri como el resto de los visitantes volverán a Buenos Aires el sábado a la noche.
Según las normas de rigor, Francisco y Macri tendrán un encuentro a solas, que se extenderá por el tiempo que disponga el Papa. Después llegará el momento del saludo personal a cada integrante de la delegación. Los temas a tratar en la reunión privada (¿la detención de Milagro Sala?) son por ahora un misterio.
La última vez que se vieron cara a cara fue en septiembre de 2013, en el Vaticano, cuando Macri llevó a su hija Antonia porque el Papa le había pedido conocerla.