A tan sólo horas de que el Senado debata sobre el proyecto por el matrimonio gay, miles protestaron esta tarde ante el COngreso en contra de la medida
El color naranja que primó en las banderas y afiches y la música oficial del Mundial versión 'cristiana' asemejó la protesta al baño de masas que gozó hoy la selección de Holanda. Es que hasta hubo 'trapos' colgados de las farolas de la Plaza de los Dos Congresos, puestos de panchos y largas colas de colectivos en los alrededores de la protesta que convocó la Iglesia un día antes que el Senado ratifique o rechace la media sanción que la iniciativa trea de Diputados. Tampoco faltaron los gritos de "¡Viva la patria!", un clásico de toda manifestación sindicalista y partidaria.
Sin embargo, los miles de adolescentes -muchos con uniformes de colegios católicos del interior y la zona norte del Gran Buenos Aires- y familias del todo el arco conservador marcaron la peculiaridad de este masivo encuentro, al que habrían acudido unas 50.000 personas. Desde luego, también hubo monjas, religiosos (judíos inclusive) y muchísimos ancianos, quizás los más fervorozos de la noche. Más que al matrimonio, la consigna parecía ser la denostación de las adopciones por parte de personas del mismo sexo. "Los huérfanos a los gays", proclamaba un afiche de cartulina.
"Primero la patria", "Vivamos de acuerdo al sexo que Dios nos dio" o "Familia=papá + mamá" fueron otras de las consignas en la gélida noche. Tampoco faltaron los grupos de derecha y algunos ultranacionalistas. Fue el caso de la "Agrupación Nacionalista Custodio" (Dígale no a la contranatura democrática, su lema) o la Juventud Nacional del Partido Popular de la Reconstrucción (el jóven de camisa azul en la galería es uno de sus miembros).
Si bien la manifestación apuntaba a persuadir a los senadores, en los mensajos primó lo religioso y lo social sobre lo político. El final, de hecho, se pareció más a una ceremonia evangelista a cielo abierto, con los miles de fieles levantando ambas manos, gritando "Jesús es el señor" y repitiendo los mensajes de un 'pastor', esta vez cantante de rock. La Iglesia fue la gran impulsora del acto e impuso su protagonismo.
SIn embargo, algunos políticos supieron mostrarse en la convocotaria. La diputada Cintia Hutton, férrea opositora al proyecto de ley, tuvo 'barra' y bandera propia. ¿Chiflidos o insultos hacia el Gobierno? Muy pocos.
