PROTAGONISTAS
El cómico murió a los 97 años

Con Carlitos Balá se va una referencia clave e intergeneracional del universo infantil televisivo

Aunque dejó la televisión hace tres décadas, su humor marcó las infancias de varias generaciones de argentinos. Y más allá de sus personajes, dejó un compendio de palabras y frases que llevarán para siempre el copyright de Carlitos Balá. Desde un: “¿Qué gusto tiene la sal?”, hasta “Sumbudrule” o “chupetómetro”, remiten a este capocómico, quien es referente de varios que luego incursionaron en ese rubro. De sus inicios haciendo humor en el colectivo 39 hasta a su ingreso a la radio como parte de un trío cómico, a su posterior consagración en TV, Balá deja un legado inolvidable e inmortal.

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Emoción. En algunas de sus presentaciones especiales, generaba empatía hasta en quienes no lo vieron nunca por televisión. Y con su mujer Martha Venturiello. | cedoc

En la historia del entretenimiento infantil de los argentinos, Carlitos Balá es uno de los ídolos y un referente para quienes ingresaron a ese universo para tomar la posta. Pepe Biondi, José Marrone,   El Capitán Piluso (personaje de Alberto Olmedo), Martín Karadagian y  los personajes de Titanes en el Ring, Jovita Díaz  y Margarito Tereré... son algunos de los nombres que formaron parte de ese mundo infantil cuando la televisión era en blanco y negro y había solo cuatro canales. Es cierto que la  ausencia en la pantalla televisiva de Carlitos Balá después de fines de los 80, hace que para algunos argentinos millennials y un poco más, su muerte resulte menos próxima  que por ejemplo, “la muerte de El Chavo”. La emisión diaria del famoso programa de Roberto Gómez Bolaños ayudó a que éste tuviera una renovación del público y por eso a varias generaciones, su partida en 2014, le provocó alguna reacción de pena. 

En el caso de Balá, sus programas desaparecieron cuando él decidió dejar de estar delante de las cámaras y sin duda de la mano de Panam –quien lo convocó para trabajar con ella–, generó un acercamiento a un público más joven. Por eso, el rango etario de los adioses mediáticos que se publicaron ayer al conocerse su muerte, son una muestra de lo antedicho.

Vocabulario propio. Pero para quienes sí los disfrutaron en la infancia desde la televisión o por haber participado de sus espectáculos, son varias las imágenes que genera el nombre de Carlitos Balá. “¿Qué gusto tiene la sal?”;”Angueto quedate quieto”; “¡Riñooones!”, “¡Sumbudrule!”, “Canuto Cañete conscripto del 7”, “Ea ea pepé”, “¿Mamá cuándo nos vamos?”,  “Un kilo y dos pancitos”, o “Chupetómetro”, son parte del vocabulario heredado –a fuerza de repetición– de Balá.  

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Y sobre todo, esa última palabra “chupetómetro” tiene una historia que varias veces el propio actor comentó en reportajes sobre lo que generó su acción de incentivar a que los infantes abandonen el uso del chupete invitando a que sus seguidores se los envíen para ponerlos en un tubo gigante que iba creciendo en altura a medida que se llenaba. 

El éxito de eso fue tal que por un lado, desde pediatras, dentistas y hasta padres y madres, le enviaban cartas porque gracias a esa campaña hecha a modo de juego, sus hijos habían abandonado ese accesorio infantil. Por otro, en especial uno de los fabricantes de chupetes más famosos de esa época, se había reunido con él para ver cómo aminorar esa acción que de algún modo los estaba afectando. La respuesta de Balá a esa sugerencia fue, por supujesto, una negativa y el chupetómetro continuó. 

De un colectivo a la TV. La historia ubica los comienzos de Carlitos Balá ensayando bromas arriba de colectivos de la línea 39, de hecho en la terminal de esa línea –ubicada en el barrio de Chacarita– hay una imagen que la empresa puso como homenaje a  él. En ese tiempo, Carlos Salim Balaá Boglich –tal su verdadero nombre–se hacía llamar Carlos Valdez, luego derivaría en Carlitos Balá. Sus inicios profesionales fueron, en radio, en los estudios de la mítica Radio El Mundo, formó un trío de humor junto a Jorge Marchesini y Alberto Locati. Después ya, en solitario estuvo en Radio Splendid, mientras a la par, la televisión ingresó a su vida o él a ella. Estuvo en varios ciclos hasta que en 1964, en Canal 13 llega su consagración como figura de la emisora en distintos ciclos cuyos títulos llevaban su nombre. Como solía suceder con éxitos de este tipo, el cine absorbía a figuras televisivas para convertirlos en protagonistas en la pantalla grande. 

Sin grieta. “Con profundo dolor, el Club Atlético Chacarita Juniors despide a uno de sus más ilustres socio e hincha. Orgullosamente funebrero. Fue un gran humorista, actor y músico; y por sobre todo, una parte fundamental de nuestra infancia”, posteó el club del que Carlitos Balá era hincha. Y en un época de grieta, esta muerte la esfumó e hizo que el rival clásico de Chacarita Juniors, es decir, Atlanta, se uniera también en un adiós público:  “¡Se lo va a extrañar a Carlitos!”.

 

Único y diferente

Flavia Palmiero*

Carlitos Balá representó todo para muchas de las infancias argentinas. En mi caso, representó mi niñez. Y por supuesto, fue mi inspiración. Yo lo miraba a Balá cuando era chica, y me divertía, me entretenía, pero sobre todo, yo soñaba con ir a la televisión, a ganarme sus premios, esos caramelos, esos juegos, y cantar. Recuerdo verlo los domingos a la noche, sentada y él en Canal 7. Recuerdo soñar con que mamá me lleve a su show. Recuerdo verlo bailar y cantar. Y siento hoy que todo lo hacía desde un lugar muy sencillo, muy humilde, muy del día a día, muy profesional, y con una familia incondicional que lo apoyó y ayudó siempre. Balá fue un actor y comediante increíble. Me lo crucé varias veces en mi vida adulta, y, por suerte, pude contarle todo esto que me pasaba. Lamentablemente nunca trabajé con él. Eso no quita el amor incondicional a un referente único y diferente. No me gusta decir que es “el último”. Vivió una vida intensa, linda, nos dio su magia, nos dio todo. Se va glorioso, permaneciendo a través del tiempo. Hay que valorarlo, mucho, pero no hay que poner títulos a quien se va. Hay que disfrutar el legado, y todo eso que, insisto, representa Carlitos Balá: la magia, el juego, la niñez, la diversión familiar, el humor.     

*Actriz y ex conductora infantil.