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ESCÁNDALO EN ESPAÑA

El drama de la madre de Rubiales: cree en su hijo, hizo huelga de hambre y terminó internada

Ángeles Béjar, de 70 años, se encerró en una iglesia de la localidad andaluza de Motril para denunciar una campaña de "acoso y derribo" contra su hijo y pedir que "Jenni diga la verdad". Pero no lo resistió y al tercer día tuvo que ser hospitalizada.

Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales
Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales | Europa Press

La madre del máximo dirigente del fútbol español Luis Rubiales, suspendido como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) por haber besado sin consentimiento a una de las campeonas durante la celebración del título mundial de 'la Roja', tuvo que ser llevada de urgencia a un hospital en el tercer día de su huelga de hambre.

Ángeles Béjar, que se había encerrado desde el lunes en la iglesia Divina Pastora de Motril (Granada), con el objetivo de denunciar el "acoso" y la "cacería injustificada y sangrienta" de la que, en su opinión, era objeto su hijo. La mujer, que tiene más de 70 años y padece del riñón y del corazón, permaneció atrincherada en el templo, donde recibió la visita de un médico para comprobar que su salud no corría peligro por su controvertida decisión para intentar ayudar a su hijo.

Su cuñada dijo que Ángeles Béjar durmió en un colchón de la sacristía después de pasar su primera noche en una silla. "Solo bebe porque tiene que tomar la medicación, no come nada", relató a la prensa. "Está concienciada a quedarse, yo he intentado sacarla pero no hay forma", reconoció.

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Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales

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Este miércoles, sin embargo, fue trasladada al hospital, anunció Antonio Rodríguez, el sacerdote de la parroquia ante la prensa desde la puerta del propio recinto religioso. "Tengo que avisaros que ha tenido una crisis, ha empeorado, y han tenido que llevarla de urgencias al hospital, entonces aquí ya no está", informó el sacerdote. "Estaba cansada y con muchos problemas ya, no sólo a nivel anímico y demás, estaba mal, angustia, mareada".

La madre de Luis Rubiales prometía permanecer encerrada en la iglesia y no ingerir ningún alimento hasta que Jenni Hermoso, la jugadora que fue besada por sorpresa en la boca por su hijo, "diga la verdad" sobre su beso con su hijo durante la celebración del Mundial femenino de fútbol, que tanto el expresidente de la RFEF como su familia sostienen que fue "consentido, espontáneo y de mutuo acuerdo". Desde el lunes, la mujer no hizo más que rezar por su hijo.

"Estamos sufriendo un acoso y derribo que no es justo. La familia lo está pasando muy mal y queremos que Jenni diga la verdad", lamentó Vanesa Ruiz Béjar, prima de Luis Rubiales. "No es justo. Jenni, queremos que digas la verdad. Luis es buena persona, buen hijo y una persona muy nombre".

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La huelga de hambre de Ángeles Béjar comenzó el mismo día en que los presidentes de las federaciones territoriales pidieron la dimisión de su hijo, quien está pendiente de una decisión de la justicia deportiva y contra el que la fiscalía abrió investigaciones por un "presunto delito de agresión sexual" por el beso forzado a Jenni Hermoso.

En la entrega de medallas tras ganar España la final del Mundial, Rubiales dio un beso forzado en la boca a Hermoso, que suscitó un sinfín de críticas nacionales e internacionales desde todos los ámbitos de la sociedad. "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión", aseguró la futbolista en un comunicado el pasado viernes.

"¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?", se preguntó el entonces presidente de la Federación, incrédulo ante el escándalo desencadenado. Negándose a renunciar pese a la catarata de críticas y pedidos para que se apartara del cargo, dijo que se trató de un beso "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido" y atacó el "falso feminismo" en un discurso aplaudido por un auditorio compuesto por otros dirigentes.

ds