“Vamos a tener el privilegio de contar con una primera dama que va a estar cerca de la gente”. La frase del presentador rebotó en cada rincón del Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez, en Posadas, Misiones. Vestida íntegramente de blanco, con un ramo de flores en mano, Fabiola Yañez recibió la ovación del público en la noche del viernes pasado. La foto insignia, quizás, de la cuenta regresiva puesta ya en marcha cuando quedan diez días para que Alberto Fernández asuma como nuevo presidente de Argentina.
Yañez fue una de las organizadoras de Todos juntos por los niños, un festival solidario que tuvo como objetivo recaudar leche en polvo y larga vida para alrededor de 25 merenderos de la provincia. “Lo arrancamos solo como una idea porque sabemos que existe esta necesidad de que, cuando los chicos terminen las clases, sigan teniendo su taza de leche. Ojalá en algún futuro los merenderos no estén más, que cada chico pueda comer con su familia, pero hoy tenemos que ayudar de esa manera”, dijo Fabiola al borde de la emoción y ante un auditorio de más de 5 mil personas.
Si bien ella ya viene desempeñando varias acciones similares en Posadas y también en el Gran Buenos Aires, este el primer gran acto que la pareja de Alberto Fernández organizó, aun sin ser oficialmente la primera dama. El festival fue organizado además por la diputada electa Adriana Bezus y la agrupación La Capitán Beto, con el objetivo de recaudar alimentos para los merenderos de toda la provincia. Según fuentes de La Capitán Beto se recaudaron 10 mil litros de leche en la jornada del viernes. “Estamos esperando 4 mil más que llegan el lunes de donaciones de empresas”, contaron a PERFIL ayer.
La periodista de 38 años comenzó a cambiar su perfil, sobre todo después del 11 de agosto, cuando Alberto Fernández ganó las PASO
Yañez llegó el viernes temprano a Posadas. Por la mañana estuvo en la Escuela de Robótica junto al vicegobernador y gobernador electo, Oscar Herrera Ahuad, y el vicegobernador electo, Carlos Arce. También fue parte de la inauguración de la nueva sede de la Casita Creación, donde le entregaron un retrato hecho por un grupo de artistas misioneros.
Desde las 18 horas del viernes, la gente comenzó a llegar al anfiteatro donde se llevó a cabo el festival conducido por el Chino D’Angelo, y en donde se presentaron varios artistas, entre ellos Raúl Porchetto, Media Naranja, Andy Gaona y los Angeles de la Kachaca y Puerko Fino. El evento se extendió hasta las dos de la mañana del sábado. Quique Ríos, artista plástico y fotógrafo misionero, fue uno de los organizadores. Junto a él, Yañez y todo su equipo tienen pensado repetir este evento en Tucumán y Entre Ríos.
Reencuentro. Ayer, ya con el evento cumplido, Fabiola aprovechó para verse con sus padres, hermanos y primos, quienes viven en las afueras de Posadas. Si bien ella es de Río Negro (nació en Villa Regina), fue criada en Misiones y Santa Fe, debido a constantes mudanzas que fue teniendo su familia.
La vida de Fabiola ha sabido de cambios. Hasta hace unos meses, se la podía ver en sus redes con un look más casual y pocas imágenes junto al presidente electo. Por aquel entonces, dejaba registrados su trabajo como columnista en Común Corriente (el programa que se emite los domingos por Radio 10), sus participaciones en el programa de Moria Casán por América y su trabajo en el teatro junto a Manuel Wirzt.
La periodista de 38 años comenzó a cambiar su perfil, sobre todo después del 11 de agosto, cuando Alberto arrasó en las PASO.
Historia. Con más de cinco años en pareja con Fernández, su primer contacto con él fue por motivos estrictamente laborales. “Hacía rato que él se había ido del gobierno. Yo tenía una beca en la Universidad de Palermo, donde estudiaba periodismo y trabajaba en el área de Comunicación Institucional. Se armaban ciclos de charlas y yo convocaba a los dirigentes. A uno de esos encuentros me acuerdo que estaba invitado Macri. Una de esas veces, también lo contacté a Alberto”, contó a Página/12.
El tiempo pasó y, cuando estaba terminando su tesis, volvió a llamar a Alberto para hacerle una entrevista y rendir la tesis. Además de sacar un diez, Fabiola recibió un llamado de él para invitarla a salir. Seguramente, jamás imaginó en aquella primera cena que, años más tarde, se mudaría a Olivos con un nuevo presidente.
