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Hace tiempo que distinto tipos de reuniones internacionales donde se premian personajes que siguen causas de preocuopación internacional o donde se tratan temas de igual trascendencia y que reúnen a líderes o especialistas de prestigio, suman en su listado de disertantes o de invitados especiales a integrantes de la comunidad artistíca mundial cuya presencia se utiliza con diversos fines.
Se dice que en algunos casos es porque es una exigencia de los sponsor, en otros, para agradar a algún invitado que de otro modo no asistiría, y finalmente porque estos personajes garantizan un cobertura más amplio en las redes sociales y llegan de esta manera a un público mucho más masivo y de edades diversas.
Bono es un participante habituado a integrar paneles en foros económicos como el de Davos donde,por ejemplo, también fue invitada en dos oportunidades Sharon Stone.
La Academia Sueca que entrega anualmente los premios Nobel tiene experiencia en este tipo de acciones ya que desde hace diecinueve años realiza un concierto al día siguiente de la entrega del Premio Nobel de la Paz.
Y eso sucedió esta semana cuando luego de la noche de gala donde Ahmet Uzumcu recibió ese galardón como presidente de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.
Hollywood aportó dos de sus integrantes como anfitriones: los actores Claire Danes y Aaron Eckhart; el mundo del música, los artistas que desde el escenario celebraron el Nobel de la Paz con un espectáculo continuado que incluyó, entre otros, a los cantantes Mary J. Blige, James Blunt, la sueca Zara Larsson, y Morrisey quien aprovechó su actuación para rendir un homenaje a Lou Reed, fallecido el pasado 27 de octubre.
Por supuesto, al cierre del recital que marcó su edición número veinte, todos los músicos invitdos, ambos anfitriones y el premiado 2013 subieron a escena para recordar a otro famoso Premio Nobel de la Paz fallecido esta semana, el sudafricano Nelson Mandela.