Luego de los hermanos Schoklender asesinaran a sus padres en mayo de 1981, la hija del matrimonio busco refugio en su madrina. Tenía 22 años y comenzó a hacer cambios profundos en su vida. Uno de ellos fue convertirse al catolicismo. También se cambió el apellido, según revela hoy el diario Libre, que publica su fotografía en tapa.
En los últimos treinta años, varias publicaciones mencionaron a Ana Valeria pero creían que se había radicado en el exterior. Un allegado a la familia de la mujer (que se casó y tiene dos hijos) comentó que cada vez que los hermanos aparecen en medio de algún escándalo ella sufre en silencio.
Según Libre, Ana Valeria vive en un barrio de clase media de Buenos Aires, trabaja y va a rezar a diario. Aunque el diario conoce el nuevo apellido de la mujer, no publicó esos datos y le tapó los ojos en la fotografía para que no sea reconocida. Tanto Pablo como Sergio Schoklender intentaron acercarse a su hermana cuando estaba en la cárcel. Lo hicieron a través de cartas que no se sabe si llegaron a destino. Aquel 30 de mayo de 1981, Ana Valeria perdió a sus padres asesinados a mazazos por sus hermanos. Y también perdió la relación con ellos.