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¡Arriba, México! Tu presidente va a hablar contigo ahora

Condena a los medios por hacer falsas afirmaciones, critica a los jueces por ganar demasiado y hacer muy poco y descalifica a miembros de la oposición por considerarlos elites corruptas. Cuando se lo desafía no da el brazo a torcer y responde a los ataques con otros de su cosecha.

President Lopez Obrador Holds Daily Morning Press Briefing
President Lopez Obrador Holds Daily Morning Press Briefing | Bloomberg

Condena a los medios por hacer falsas afirmaciones, critica a los jueces por ganar demasiado y hacer muy poco y descalifica a miembros de la oposición por considerarlos elites corruptas. Cuando se lo desafía no da el brazo a torcer y responde a los ataques con otros de su cosecha.

Sin embargo, a diferencia de los tuits de Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador cautiva a sus oyentes –o los enfurece– durante conferencias de prensa diarias a las 7 de la mañana que se transmiten en vivo en YouTube y pueden prolongarse más de una hora. El presidente mexicano es el único de la región, y tal vez del mundo, que mantiene una agenda tan exigente.

Es probable que en seis semanas, López Obrador haya pasado más tiempo respondiendo preguntas de la prensa que su predecesor, Enrique Peña Nieto, en seis años.

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AMLO, como se conoce al líder izquierdista, comenzó a hacerlo dos días antes de su asunción del 1 de diciembre, al declarar que seguiría un camino por completo diferente al del muy impopular Peña Nieto, que siguió la vieja tradición de evitar sesiones incómodas de preguntas y respuestas que pudieran empañar la gestión. “Aquí no hay barreras. Las cosas son diferentes, ¿o eran así antes?”, bromeó ese día, cinco meses después de su arrolladora victoria electoral.

El mandatario, que tiene 65 años, ha mantenido el ritmo. Todos los días hábiles por la mañana, sube al podio del Palacio Nacional ante un telón de fondo de retratos de héroes revolucionarios mexicanos, lanza frases simples (“Cuentas claras y chocolate espeso”), lanza bombas, entre ellas una propuesta de tres años de moratoria para las licitaciones de exploración petrolera, y elude preguntas sobre temas espinosos, como un enorme proyecto aeroportuario que canceló a media construcción.

Como le sucede a la mayor parte de los políticos, AMLO es blanco de críticas por sus maniobras elusivas: la revista Nexos registra la frecuencia con que esquiva preguntas y calcula que lo hace en un 30 por ciento de las ocasiones.

Algunos de quienes lo critican comparan sus conferencias de prensa con los tuits de Trump, en el sentido de que incluso cuando carecen de sustancia dominan el discurso público en tal medida que no queda espacio para nadie más. Pero muchos mexicanos compran el espectáculo de AMLO. El presidente los ha convertido en oyentes matutinos, y sus conferencias de prensa pasaron a llamarse coloquialmente “mañaneras”. Los principales canales de televisión suelen transmitirlas, y el canal de YouTube registra cientos de miles de visitas.

AMLO no pierde oportunidad de reforzar la imagen de hombre del pueblo que lo llevó a la victoria. En una ocasión sacó del bolsillo una billetera gastada y la abrió. “Para que entiendan”, dijo a la prensa. La billetera contenía un billete de US$2 que, según dijo, le habían dado para la suerte y un billete de 200 pesos, alrededor de US$10. Insistió en que nunca tuvo cuenta corriente ni tarjeta de crédito. ¿El traje que lleva? Es sólo por respeto al cargo que ocupa.