CIENCIA
mission 31

Fabien Cousteau busca romper el récord bajo el agua de su abuelo

El martes cumplirá 31 días viviendo en un laboratorio submarino. Es a modo de homenaje a los experimentos de Jacques en los 60.

Heredero. Fabien Cousteau, en el laboratorio Aquarius, situado a 20 metros de profundidad.
| AP

Desde chico, Fabien Cousteau mamó la fascinación por los mares a bordo de los buques Calypso y Alcyone, donde se crio durante las misiones de su abuelo, el explorador francés Jacques Cousteau. No es una sorpresa que Fabien haya dedicado su vida al estudio y la protección de los océanos.

Desde el 1º de junio está sumergido en Aquarius, un laboratorio instalado a 20 metros de profundidad en el santuario marino de los Cayos de la Florida (EE.UU.). El objetivo de Mission 31, como fue bautizada la iniciativa, es batir el récord de permanencia bajo el mar de su abuelo, en una suerte de homenaje al hombre que develó la vida submarina a través de más de 115 documentales y películas.

En 1963, el oceanógrafo Jacques Cousteau y sus colegas permanecieron 30 días en Conshelf II, un complejo submarino en el Mar Rojo, a diez metros de profundidad. Sus estudios sirvieron para comprobar que el buceo de saturación –una variante en la que no es necesario descomprimir constantemente– puede ser soportado por el ser humano durante un largo período.

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Pero, además de batir el récord, la misión –que es retransmitida en vivo a través de internet– tiene un objetivo científico: investigar el impacto del cambio climático y la contaminación en aguas de Florida. “Mi abuelo decía que para estudiar a los peces había que convertirse en uno. No hay mejor manera de estudiar lo desconocido
que volverse un pez por 31 días”, dijo a AFP Fabien, de 46 años y amante del buceo, deporte que practica desde los cuatro años.
 Cousteau dijo que los científicos de la Universidad Internacional de Florida y la Universidad Northeastern que participaron de Mission 31 tuvieron un acceso sin precedentes a un arrecife de coral.

“Los investigadores han logrado recoger en dos semanas datos que les habrían tomado más de seis meses debido a que estaban aquí, viviendo debajo del agua. Esto resalta la importancia de un hábitat para la investigación científica”, sostuvo. La misión terminará el próximo martes, cuando Fabien y su equipo vuelvan a la superficie. “Poder permanecer en el agua tanto tiempo para mí es un sueño hecho realidad. Me siento cómodo y feliz acá abajo”.