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Defensor de los Lectores

La valoración de la noticia (II)

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Esta columna replica como título “La valoración de la noticia”, el mismo que encabezó la publicada el domingo 19. Una extensa entrevista incluida en las páginas 4 y 5 de ese día –y su inclusión como parte del título principal de tapa– fue sobrevaluada –a juicio de este ombudsman– y presentada como una nota de alto impacto cuando sus méritos (que los tiene, no lo cuestionaré) resultan insuficientes para lograr tal trascendencia.

En una fusión inexplicable, la tapa vincula la entrevista a María Martha Cavallaro –ex esposa de un financista/empresario/gestor con llegada a sectores de poder con quien mantiene un complejo juicio de divorcio– y una investigación sobre la movida gubernamental que acabó con la actuación del juez Claudio Bonadio en la causa Hotesur.

Veamos lo observado en esa portada. Hablar de “arrepentida” para definir a una mujer evidentemente agraviada por múltiples razones vinculadas a su divorcio aparece como un exceso.
 
Cavallaro fue esposa de un hombre a quien no se identifica en la tapa más que como “su ex marido”, pero sí como oscuro socio del juez Norberto Oyarbide. ¿Se manifiesta arrepentida en el texto interior? No. ¿Define como “oscura sociedad” el vínculo entre su ex marido Ariel Roperti y Oyarbide? Tampoco. La entrevista no revela, salvo por palabras de la mujer, “negocios entre Gobierno y Justicia”, y se entiende menos su desarrollo al quedar vinculado al caso Bonadio. No se establecen nexos entre uno y otro tema.
Dice la bajada de la nota interior que el ex marido de Cavallaro, Ariel Roperti,  “fue calificado como ‘valijero’ del juez más denunciado de la Argentina”. Así, se hace eco de una afirmación formulada en un programa de televisión, replicada luego por los medios del Grupo Clarín y no confirmada en hechos concretos desde su difusión hace más de un año.

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Dice la nota que Cavallaro revela “los entretelones” del acceso y ruptura con el mundo del juez, como si no hubiesen quedado expuestos ya en varias notas, incluyendo muy buenos informes –primicias– de Emilia Delfino publicados por PERFIL hace más de un año. No menciona el artículo tales antecedentes, con lo que la presentación del reportaje a la mujer queda como si el caso fuera revelado por la entrevistada por primera vez. Es cierto que nunca antes se había publicado un diálogo con alguien tan cercano a Roperti, pero la lectura y relectura del texto dejan el gusto de lo ya saboreado. En general, es más sabroso el costado chismoso que la información que Cavallaro aporta. Hubiese sido un estupendo material para la sección Protagonistas pero resulta forzado haberlo visto en la sección Política. 

Definir los dichos de la señora como “confesiones de una testigo de los negocios, ostentación y el poder del juez Oyarbide” resulta engañoso. Esto se agrava cuando en el texto se observan sugerencias sin sustento documental o datos de otras fuentes.

Un caso de tal envergadura, además, obliga a cumplir con algunos preceptos básicos del oficio: consultar a la otra parte, entrar al expediente de divorcio, certificar que ella efectivamente denunció malos tratos, dónde y ante quién, qué juez/a tiene el trámite de divorcio, qué opina el abogado de la contraparte. Oyarbide siempre se negó a hablar del tema y no queda claro si hubo intento por entrevistarlo. Tampoco si hubo algún intento por hablar con  Roperti, como corresponde a normas para estos casos.

Quiero ser claro: atribuyo el valor de lo inédito y felicito la obtención del reportaje. Su edición, urgida por el cierre y sin acceder a datos complementarios, afectó sin embargo la calidad final de lo publicado. Por ello, pedí aclaraciones al editor jefe de la sección, Damián Nabot, quien respondió así: “El acceso al artículo cerca del horario de cierre impidió ampliar en el momento la búsqueda de información sobre otros involucrados y otros aspectos que se desprendían de la entrevista. En periodismo muchas veces el tiempo conspira contra el ideal. Ningún diario en la Argentina llegó tan a fondo en la investigación de los escándalos en torno al juez Norberto Oyarbide. Desde 2012, la periodista Emilia Delfino ha recolectado testimonios en off the record de imputados en varias de sus causas contra empresarios y financistas donde los involucrados han reconocido el pago de coimas. En ese sentido, el testimonio de María Martha Cavallaro, logrado por la periodista Cecilia Di Lodovico, tiene el valor de contar en primera persona cómo el círculo del juez se enriqueció económicamente, y exhibir la otra cara de aquello que las investigaciones periodísticas de PERFIL habían narrado durante años. Oyarbide sigue siendo juez. La entrevista a Cavallaro fue un capítulo más de las revelaciones a las que tienen acceso los lectores del diario. No va a ser la última que a tenga a su señoría como protagonista”.

La hora de cierre suele ser enemiga implacable.