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Maduro en Stalingrado

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1. Subcomandante Freddy: la toma de poder. El subcomandante de la derecha venezolana, Freddy Guevara, lugarteniente de Leopoldo López, anunció el cronograma de la “Machtergreifung” (toma del poder) de las fuerzas mantuanas: informe del plebiscito y resultados de postulados a magistrados; conformación del gobierno de unidad nacional; comienzo de un paro cívico nacional de 24 horas; el viernes, el nombramiento de nuevos magistrados durante la sesión de la AN. El quinto paso de la Operación Hora Cero lo agregó su comandante en jefe en la Casa Blanca: “Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente, Estados Unidos tomará medidas económicas fuertes y rápidas”, dijo Donald Trump. Dada la total dependencia económica externa de Venezuela, esta “vil y cobarde amenaza” (según el general Vladimir Padrino López) sería la muerte anunciada de lo que queda del sistema económico nacional. En términos militares, se cierra la pinza de la batalla decisiva: ataque frontal con masas al Estado, desde adentro, para romper el frente militar; cortada de la retaguardia desde fuera. Endgame, dice el Imperio. Stalingrado, dice la historia. Un Stalingrado, autogenerado por la estupidez política de la camarilla socialdemócrata en el poder.

2. Aborto del acuerdo Maduro-Zapatero-López. La derecha venezolana actúa paralelamente en dos niveles. Aseguró la gran concertación nacional con el madurismo aplicando la solución sandinista de 1990, tal como se manifestó en el acuerdo “casa por cárcel” con la Internacional Socialista, Cuba y el Papa, reforzado posteriormente por la esposa del Comandante Alfa de los mantuanos, Leopoldo López. Envalentonado por la intervención de Trump y el éxito del plebiscito contra la Constituyente, la derecha pretende abortar la solución sandinista negociada mediante la toma de poder directa desde la calle, repitiendo al pie de la letra la estratagema del colapso del gobierno ucraniano de 2014. Guevara, la nueva estrella en el firmamento de la derecha, toca esa sonata a cuatro manos con gran habilidad, como mostró en reciente entrevista con Patricia Janiot en CNN. Mientras Guevara organiza la caída abrupta y caótica del oficialismo a través de la Hora Cero, lo que le daría poder absoluto a la derecha a imponer sus intereses posmaduristas, divulga con lenguaje evangelical la “solución sandinista” en CNN, incluyendo el “gobierno de unidad nacional” y afirmando que “nuestro objetivo no es aniquilar al chavismo”. Qué bueno. Pero, entonces, ¿por qué no condenan pública e inequívocamente la quema viva de chavistas, que es el método de terror favorito de sus hordas fascistas?

3. El momento de Stalingrado. En múltiples ocasiones expresé que la camarilla socialdemócrata madurista se había entrampado en una batalla tipo Stalingrado que no podía ganar y que “La ceguera estratégica… de no haber usado la “solución sandinista”, con tiempos convenientes para el chavismo y con el corolario de un Plan Marshall con caracteres chinos, cuando había condiciones para hacerlo, se pagará muy cara. En la guerra real, a diferencia de las fantasías, sin vanguardia ni retaguardia, nunca se vencerá. Este es el momento actual en Venezuela. Con las sanciones económicas de Washington la Fuerza Armada Nacional Bolivariana tendrá que actuar, porque el paso siguiente sería la movilización de la Cuarta Flota imperial. Y los militares venezolanos no se van a inmolar por la socialdemocracia trasnochada de Miraflores, tampoco como el General Paulus se inmoló por las locuras de Hitler en Stalingrado.

 *Sociólogo. Impulsor del Socialismo del Siglo XXI.