Arranque en rojo

Los drones, el equipo de video y el tacticismo 2.0 de Ariel Holan están dando resultado: al menos anoche, contra Huracán, quedó esa sensación. Independiente ganó y gustó. Tuvo momentos de gran nivel colectivo y entusiasmó a un Libertadores de América que quiere festejar luego de 15 años de sequía en torneos locales.   

El primer tiempo, al igual de lo que venía pasando en el resto de esta primera fecha de la Superliga, fue un show de idas y vueltas. Todo lo anticuado de la transmisión no tenía analogía con lo que pasaba adentro del campo: había dinámica, había juego asociado y también goles: el primero fue de Huracán, que se puso en ventaja con un anticipo de Wanchope Ávila. Pero tres minutos después, Independiente encontró el empate. Tuvo un poco de azar, es cierto, pero también de merecimiento. Y entre todo eso le alcanzó para que Benítez convirtiera: el delantero se encontró con la pelota en el área luego de un rebote, y sólo tuvo que elegir un palo.

Si el primer tiempo había tenido dinámica, en el segundo, ese factor sólo estuvo de un lado: el de Independiente. El equipo de Holan se llevó a Huracán por delante. Lo arrasó. El Globo aguantó hasta hasta que una asistencia de Meza dejó a Leandro Fernández solo frente a Marcos Díaz. Fue el 2-1.        

Después de eso, Independiente siguió dominando la pelota y el partido en general. En cada línea, en cada jugada, en cada sector del campo. Huracán, como le pasa hace mucho tiempo, era un rejunte de intenciones individuales. Gustavo Alfaro tendrá que esperar a que se recuperen Mariano González, Toranzo y Mancinelli, tres futbolistas que le pueden dar mayor identidad al equipo. El Rojo, por su parte, deberá apostar a lo que viene apostando: a los tres o cuatro jugadores desequilibrantes que tiene en ataque. Benítez, uno de ellos, fue el que decoró el marcador con un golazo.