Es muy común escuchar eso de “la solidaridad bien entendida”, en boca de personas progresistas, bienintencionadas y muy, pero muy, preocupadas por los que necesitan una mano.
¿Cómo es eso?, se preguntarán. Bueno, Jessica Cirio, el jueves por la noche, desfiló en el Plaza Oeste Shopping a beneficio del Colegio Ward, uno de los más tradicionales de Buenos Aires. ¿El motivo? Las chicas y chicos del último año necesitaban juntar dinero para el viaje de estudios.
Se conoce ya el desafortunado sentido de ubicuidad de la modelo. Hace poco más de un mes, la chica quiso entrar al Vaticano con la poca ropa que suele usar para deslumbrar la mirada masculina. Las alarmas de San Pedro entraron a sonar al grito de ¡danger, danger! en la imaginación reprimida de los monjes de clausura que cuidan las entradas de la basílica, y a poco de posar un pie, Jessica fue reprendida por uno de estos. Y se quedó sin conocer la tumba de los Papas. Una lástima.
Esta vez lo inoportuno fue que puso en juego su sentido solidario pero para ayudar a chicos y chicas fashion cuyo norte y horizonte es... ir de joda en joda.
Comprometida como nadie, subió a la pasarela para hacer lo que mejor le sale: desfilar. Qué además, si fue para una causa tan noble, es como que la enaltece el gesto, la engrandece. Aunque ya los implantes y el colágeno hicieron eso hace tiempo.
Quizás algunas mentes mal intencionadas deben haberse alegrado con la noticia de una vuelta al cole de Jessica. Pero no, los uniformes escolares no contemplan la posibilidad de exhibir los excesos cometidos en el quirófano.
Vea nuestra foto galería (más fotos, aquí no más, a la derecha) y díganos si estamos equivocados.
