INTERNACIONAL
Con un decreto

Evo nacionalizó una fundidora de minerales suiza

Con un operativo militar en el que participaron alrededor de 200 militares, el gobierno boliviano tomó el control de la planta, ubicada en la provincia de Oruro. Se argumentó que la privatización había sido irregular.

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Se espera que, en los prximos das, Evo difunda el decreto de nacionalizacin de la planta. | Cedoc

El gobierno del socialista Evo Morales tomó el viernes por la fuerza el control de la empresa fundidora de minerales de Vinto, administrada por la filial suiza Glencore, tras un operativo militar en la planta, situada en la provincia boliviana de Oruro.

Morales anunció la nacionalización de la empresa fundidora de Vinto (380 km al sur de La Paz)con el argumento de que la privatización de esta empresa, en el año 2000, ocurrió de manera irregular.

Unos 200 militares emplazados en este departamento boliviano ingresaron a Vinto por la fuerza, frente a una débil resistencia que efectuaron los trabajadores, quienes aún esperaban conocer el decreto de nacionalización que emitió el presidente Morales horas después.

Los militares portaban, además de equipos antimotines y armas livianas, letreros en tela que decían "nacionalizado".

" Estoy cumpliendo un mandato del pueblo boliviano que era recuperar nuestros recursos naturales", dijo el presidente Evo Morales a los trabajadores del complejo metalúrgico. "El ex presidente Sánchez de Lozada, mediante su empresa (Comsur) se adueñó de esta empresa (Vinto). Quiero decir y advertir, esas empresas que eran de Goni (apodo del ex mandatario), tienen que volver al Estado boliviano", agregó

Vinto pasó de ser propiedad del Estado a ser propiedad de la empresa inglesa Allied Delas. Tras la quiebra, la compañía de capitales ingleses vendió la fundidora a la empresa Compañía Minera del Sur (Comsur), de propiedad del ex presidente ultraliberal y poderoso empresario minero Gonzalo Sánchez de Lozada. Las cifras que se manejaron en la transacción nunca se conocieron.

A su vez, Sánchez de Lozada, tras ser derrocado por una insurrección popular en octubre de 2003, se autoexilió en Estados Unidos y, paralelamente, transfirió el 61% del paquete accionario de Comsur a la empresa Sinchi Wayra, administrada por la suiza Glencore, por un precio de 200 millones de dólares, según la prensa local.