INTERNACIONAL

La Haya dio un impulso al sueño de Evo para recuperar el mar boliviano

<p>El fallo de la Corte Internacional sobre el litigio entre Perú y Chile renovó las esperanzas de Bolivia. Morales convocó para el lunes al Consejo de Reivindicación Marítima. Expectativa en La Paz.</p>

Lamento boliviano. Desde que llegó al poder, Evo Morales avanzó en una diplomacia “personal” con Michelle Bachelet para lograr una salida al mar.
| Cedoc

Desde su llegada al gobierno en 2006, Evo Morales relanzó la pelea para recuperar una franja de tierra soberana que revierta el “enclaustramiento marítimo” boliviano provocado por la Guerra del Pacífico que, a fines del siglo XIX, enfrentó a Bolivia y Perú con Chile. Cada 23 de marzo, los bolivianos recuerdan en un desfile de homenaje al héroe de la contienda, Eduardo Abaroa, esa pérdida a la que asocian el retraso económico del país.

Por eso, el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que algunos consideraron “salomónico” y otros como un triunfo de Perú, fue seguido de cerca por el gobierno de La Paz, sin relaciones diplomáticas plenas con Santiago.
Apenas se conoció la decisión de los jueces, Evo convocó para el lunes al Consejo de Reivindicación Marítima y a los ex cancilleres para analizar el fallo. El mandatario indígena pidió al tribunal que se pronuncie con la “misma equidad” en el caso boliviano, aunque consideró que la disputa de límites peruano-boliviana es “sustancialmente diferente a nuestra causa”. Bolivia tiene tiempo hasta el 17 de abril para presentar la memoria que fundamentará su demanda en la ciudad holandesa y, con este fallo sobre la mesa, busca afinar argumentos y mejorar la puntería de los juristas.

Para el ex presidente Carlos Mesa, “la memoria que presentará Bolivia en abril puede enriquecerse con elementos que nos proporciona este fallo”. Mesa llamó a mantener la prudencia y consideró que se trató de una victoria peruana. Más optimista, el ex cónsul de Bolivia en Chile y ex ministro de Defensa de Morales, Walker San Miguel, destacó el fallo y dijo que con este antecedente se pone en evidencia que los tratados no son intangibles como ha estado señalando el gobierno de Sebastián Piñera.
El problema para Bolivia es, precisamente, que en el tratado de 1904 aceptó esa pérdida territorial a cambio de una pobre compensación, por lo que Chile alega que no hay temas territoriales pendientes con el país andino. Pero, en ese entonces, Bolivia no tenía otra opción dado que necesitaba usar los puertos chilenos.

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A lo largo del siglo XX, uno de los momentos de mayor cercanía a una solución fue durante las dictaduras de Hugo Banzer Suárez y Augusto Pinochet. Su abrazo en la localidad fronteriza de Charaña impulsó la decisión de reanudar las relaciones diplomáticas plenas y proyectó la cesión de un corredor a Bolivia (para lo cual, en virtud del tratado de 1929, debía intervenir Perú). Pero las negociaciones se estancaron y las relaciones volvieron a romperse.
Desde su llegada al poder, Morales avanzó en una diplomacia “personal” con Michelle Bachelet que se concretó en una agenda de 13 puntos que incluyeron la discusión del enclaustramiento marítimo. El diálogo pareció avanzar alentado por el acercamiento de presidentes, así como por reuniones de cancilleres, ministros de defensa y altos mandos militares, en una búsqueda por crear confianza entre las dos naciones enfrentadas. Adicionalmente, en el marco de la “diplomacia de los pueblos”, se organizaron diversos eventos en el que sectores minoritarios de la izquierda chilena apoyaron la consigna de “mar para Bolivia”.

Pero el fin del mandato de Bachelet mostró los límites de esa diplomacia entre “el indígena y la mujer”, dos representantes de los excluidos, al decir de Morales. El ascenso de la derecha, con Piñera a la cabeza, volvió la situación a un punto cero en lo que refiere al mar, al tiempo que se profundizaban los conflictos por el uso del agua del río Silala, que fluye desde Bolivia y una parte de ella es utilizada en Chile. Las relaciones bilaterales –y personales, entre Morales y Piñera– empeoraron sensiblemente y tuvieron uno de sus momentos de mayor tensión con la detención en Chile de tres soldados bolivianos que pasaron por error la frontera persiguiendo a contrabandistas, según La Paz.

Frente a la impasse creada, el presidente boliviano decidió entonces cambiar la estrategia y, en abril de 2013, presentó una demanda en la Corte de La Haya, tarea que le encomendó al ex presidente y ex titular de la Corte Suprema de Justicia Eduardo Rodríguez Veltzé.
Aunque Bachelet se prepara para regresar a la Moneda, el “romance” personal de la primera época ya no existe. “No somos tan inexpertos como antes, hemos aprendido, ya no nos chantajearán ni nos condicionarán; el diálogo puede ir en paralelo con la demanda (en La Haya)”, dijo Morales en referencia a declaraciones del recién nombrado canciller chileno Heraldo Muñoz en el sentido de que la demanda judicial impide el dialogo bilateral. Igual, dejó una luz de esperanza y dijo no perder la confianza en resolver el tema como países hermanos antes de que el tribunal se pronuncie. La negociación se dará en un año electoral en el que Evo buscará su reelección.


*Autor del libro Debatir Bolivia. Realiza su tesis doctoral sobre intelectuales bolivianos.