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La historia de la abadía de Westminster, el escenario elegido para la boda real

Cada uno de los detalles del templo en el que contraerán enlace el príncipe Guillermo y su novia, Kate Middleton. Galería de fotos.

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| AFP.

La boda del príncipe Guillermo con su prometida Catherine Middletton tendrá lugar en la Abadía de Westminster, en plena primavera europea. Será 87 años y 3 días después de que se celebrara la boda de los bisabuelos de Guillermo: el príncipe Alberto (Duque de York y futuro Rey Jorge VI) con Lady Elizabeth, hija de los Condes de Strathmore.

Aunque es una de las principales atracciones turísticas de la capital británica, la iglesia situada junto al Parlamento de Westminster, es todavía una iglesia activa y en ella se celebran varios servicios religiosos diarios.

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La Abadía sirvió de magno y sacro escenario para las bodas de ocho miembros de primera línea de la Monarquía Británica, desde que la princesa Patricia de Connaught -prima del Rey Jorge V- se casara, en el invierno de 1919, con Alexander Ramsay, el primer hombre sin título de nobleza en ingresar, por matrimonio, al seno de la Casa de Windsor.

Tres años después, se celebró el enlace de la Princesa Mary, única hija mujer de Jorge V, con el vizconde Lascelles. Posteriormente, dos hijos de Jorge V (Alberto y Jorge) contrajeron matrimonio bajo las imponentes arcadas góticas del templo.

Las dos hijas de Jorge VI -Isabel y Margarita-, celebraron allí sus respectivas nupcias en 1947 y 1960. Pero fue la de la princesa Margarita la boda que rompió con todos los precedentes: se trató de la primera vez que una princesa inglesa se casaba con un plebeyo desde el casamiento de la Princesa Cicely, hija de Eduardo II. Posteriormente, la princesa Alexandra de Kent (1963), la princesa Ana (1973) y el príncipe Andrés (1986) pronunciaron allí sus votos matrimoniales.

Estos dos últimos matrimonios terminaron en divorcio, al igual que el del Príncipe Carlos, que optó por la más amplia y lujosa Catedral de St. Paul para su multitudinaria boda con Diana Spencer en julio de 1981. Cabe destacar también que, en 1947, la Abadía sirvió como escenario de la boda de los padres de Lady Diana Spencer, los abuelos maternos del Príncipe Guillermo.

La magnífica iglesia, uno de los edificios góticos más importantes del Reino Unido, es “Royal Peculiar”, es decir que está directamente bajo la jurisdicción del monarca, que en Inglaterra es también Gobernador Supremo de la Iglesia Anglicana, y no de una diócesis, pero se autofinancia gracias a la venta de entradas a turistas y a los donativos.

La Abadía de Westminster fue también a lo largo de su historia testigo de 38 coronaciones, la primera de las cuales, la de Guillermo el Conquistador, se celebró en la Navidad de 1066.

Las cuatro últimas coronaciones ocurrieron en el siglo XX. Al ser coronado Eduardo VII (1902), sus numerosas amantes tuvieron una tribuna especial, muy cercana a la tribuna de la realeza, y la Reina Alejandra -hermosa, un poco sorda y renga- casi llegó tarde a la ceremonia.

La coronación de Jorge VI (1937) fue la primera en ser transmitida por radio, no sin que antes se hubieran realizado serias protestas, por el miedo de religiosos y cortesanos a que algún súbdito estuviera escuchando las transmisiones de la radio con el sombrero puesto. Finalmente, la coronación de Isabel II, en 1953, fue la primera en ser televisada al mundo por la cadena BBC.

La imponente iglesia gótica actual, cuyo nombre formal es Iglesia Colegiata de San Pedro de Westminster, empezó a construirse durante el reinado de Enrique III en 1245. Su propio sepelio, en 1272, convirtió el templo en el principal sitio de entierros reales durante 500 años.

Desde entonces, 17 monarcas fueron sepultados en esta necrópolis real, convertida en un mausoleo nacional con más de 3.000 tumbas de algunas de las figuras británicas más reconocidas en todos los ámbitos, desde Isaac Newton hasta Lawrence Olivier, pasando por Charles Dickens o Charles Darwin.

Otras personalidades son conmemoradas, como Winston Churchill o William Shakespeare, y hay también una estatua en honor de monseñor Romero, el arzobispo salvadoreño asesinado en su país en 1980. En la parte occidental está la tumba del Soldado Desconocido, cuyo cuerpo fue trasladado desde Francia para ser enterrado en 1920, en el segundo aniversario de la firma del armisticio de la Gran Guerra.

En la Abadía también tuvieron lugar las suntuosas ceremonias fúnebres de personajes tan emblemáticos de la Historia contemporánea inglesa como las de sir Winston Churchill (1965), Lord Louis Mountbatten (1979) o la princesa Diana (1997).

La abadía tiene la bóveda gótica más alta de Inglaterra, de 31,1 metros, que fue diseñada para parecer más grande construyendo pasillos estrechos con el objetivo de impresionar al visitante.

Una de las campanas de la abadía, en el conjunto situado en la torre noroeste del templo, sirve para anunciar la muerte de un miembro de la Familia Real o del deán de Westminster. Y el suelo que hay frente al gran altar en el que se celebran las coronaciones y las bodas fue decorado en estilo cosmatesco por operarios traídos expresamente de Roma, siendo uno de los diseños más grandes de este tipo que se conservan en el mundo.

Se conserva gracias a que fue sacado de la abadía durante los bombardeos nazis de Londres en la Segunda Guerra Mundial, una época en la que por seguridad la Silla de la Coronación fue trasladada a la catedral de Gloucester y en la que la piedra de coronación -utilizada originalmente por los monarcas escoceses- se enterró en secreto en la misma abadía.

 

(*) Especial para Perfil.com