INTERNACIONAL
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La macabra historia de los 13 hijos cautivos por sus padres en California

Trece personas, de entre 2 y 29 años, permanecían encerradas y encadenadas sin que nadie supiera nada. Sus padres son acusados de esclavitud y secuestro.

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Detienen una pareja en California que tenía a sus 13 hijos encadenados y desnutridos | AFP

La historia de la familia Turpin es espeluznante. David y Louise Tupin, de la localidad de Perris, a unos 115 kilómetros de Los Ángeles (EE.UU.), fueron detenidos tras descubrirse que mantenían prisioneros a sus 13 hijos. Los cautivos, entre ellos un niño de 2 años de edad, permanecían encerrados y eran sometidos a un régimen carcelario, con maltratos, trabajos nocturnos y una alimentación tan mala que condujo a sus hijos a la desnutrición.

La policía de Perris hizo el descubrimiento después de que una de las hijas del matrimonio Turpin, de 17 años, escapara de la casa en la madrugada del domingo y usara un teléfono para llamar a la policía. Según el sheriff del condado de Riverside, la joven estaba tan mal alimentada que los oficiales de policía pensaron que era una niña de 10 años.

"Las víctimas parecían estar desnutridas y muy sucias", dijo la policía en un comunicado. En un ambiente de olor insoportable, la policía halló a una docena de niños mayores de 2 y adultos de hasta 29 años de edad encadenados con candados a sus camas. La piel de todos era tan pálida que "parecían vampiros", dijeron los oficiales. Al principio, los agentes de seguridad pensaron que se trataba de 12 niños, pero se sorprendieron al descubrir que había varios adultos, entre 18 y 29 años, "desnutridos y muy sucios".

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Una vecina que vive enfrente de la familia Turpin afirmó a "Los Angeles Times" que sabía que el matrimonio tenía doce hijos, pero jamás los había visto a todos. La existencia de los niños era una especie de "leyenda urbana" en el barrio. La vecina veía de vez en cuando a algunos niños entrando en la furgoneta con los padres: "Creía que estudiaban en casa. Sabes que hay algo raro, pero no quieres pensar mal de la gente", dijo la vecina.

Otro vecino, Andrew Santillan, aseguró a la prensa que no sabía de la existencia de esa familia. Robert Perkins dijo que él y su madre vieron a unos familiares construyendo un pesebre en el jardín delantero hace unos años. "No dijeron una palabra", dijo, incluso después de felicitarlos por su trabajo. Otros testigos aseguraron haber visto a algunos niños y que no lucían saludables, pero nadie hizo nada por saber más.

Los jóvenes rescatados están ahora recuperándose en un hospital de Perrin, donde los médicos se manifestaron "desconsolados" por la condición en la que se encontraban los cautivos. "Los padres no pudieron proporcionar de inmediato una razón por la cual sus hijos estuvieran restringidos de esa manera", dijo la policía. Cuando los rescatistas proporcionaron a los cautivos comida y bebidas, los niños dijeron "estar muriendo de hambre".

David Allen Turpin, de 57 años, y Louise Anna Turpin, de 49, fueron arrestados y acusados ​​de nueve cargos de tortura y 10 cargos por poner en peligro a sus hijos. En los últimos años, habían utilizado Facebook para mostrar algunas escenas de su vida. En las fotos aparecen 13 hijos -3 hombres y 10 mujeres- en distintas situaciones que parecen "normales", en una boda y paseando en Disney.

La familia se mudó hace algunos años de Texas a California y los padres se declararon dos veces en bancarrota, según el "LA Times". David Turpin trabajaba como ingeniero en Northrop Grumman, tenía un ingreso "relativamente alto", pero tenía problemas para mantener sus gastos porque tenía muchos hijos. Trahan dijo que jamás había visto a los niños.

El descubrimiento es el último de una serie de casos de esclavitud y secuestros que ganaron notoriedad a nivel mundial. Uno de ellos ocurrió en 2006, cuando la joven Natascha Kampusch escapó de una celda sin ventanas en Strasshof, Austria, ocho años después de ser secuestrada camino a la escuela, a los 10 años. Dos años más tarde, el acusado, Josef Fritzl admitió haber encarcelado y abusado sexualmente de su hija en un sótano sin ventanas en Amstetten, Austria, durante 24 años, tiempo durante el cual engendró a sus siete hijos. Lo llamaron "el monstruo de Amstetten".