INTERNACIONAL
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Maduro y Capriles, en un duro cruce de acusaciones por cadena

El presidente y el líder de la oposición moderada mantuvieron la primera reunión para poner fin a la violencia. Faltaron los sectores más radicalizados de la protesta.

Miraflores. La reunión, que se extendió hasta la madrugada, incluyó fuertes cruces. El gobierno rechazó una amnistía y llamó a un nuevo encuentro, el próximo martes.
| AP

afp

Una larga lista de reproches entre el gobierno y la oposición venezolana, enumerados por televisión hasta la madrugada del viernes, marcó el inicio de un diálogo que se anticipa difícil y debe continuar el martes en procura de frenar dos meses de sangrientas protestas que, según las últimas cifras oficiales, han provocado la muerte de 41 personas.

El presidente Nicolás Maduro, acompañado de su Estado Mayor, recibió el jueves en el Palacio de Miraflores al dos veces derrotado candidato de la variopinta alianza Mesa de Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, en un encuentro al que faltó el ala radical de la oposición, que busca forzar con protestas callejeras la renuncia presidencial.

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El encuentro, arrancado con forceps luego de gestiones de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), tuvo como “testigos de buena fe” a los ministros de Ecuador, Brasil y Colombia, y al nuncio apostólico.

Ya en la mesa, Maduro rechazó las principales propuestas opositoras –amnistía de presos, desarme de civiles afines al oficialismo–, planteó a los opositores que se integren a mesas de trabajo y convocó una nueva reunión para el martes, cuya agenda y formato todavía están en la nebulosa y deben ser negociados.

El presidente “pierde una gran oportunidad de realizar una cesión estratégica a la oposición para levantar la esperanza (de la población) en el dialogo”, dijo la madrugada del viernes, cuando concluía el encuentro, el analista Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.

Presiones. Maduro, en una introducción de una hora, hizo una larga lista de recriminaciones a los opositores, entre ellas, el llamado de sectores radicales a su derrocamiento, y pidió “una condena a la violencia como forma de hacer política, como estrategia para cambiar gobiernos”.

El también ex canciller de Chávez –quien anticipó que no habría “negociación ni pacto”– presentó el encuentro como “coexistencia pacífica de los dos modelos que hay en Venezuela: el socialismo bolivariano y humanista, y el que representan ellos en la oposición”.

La dureza del gobierno en la reunión de este jueves sería el resultado de las presiones internas de sectores radicales del chavismo.

“Cualquier asomo de un gobierno de conciliación (como el propuesto esta semana por el ex presidente brasileño Lula da Silva) activaría al sector extremista del chavismo, colocando a Venezuela en un abismo”, afirmó el analista Nicmer Evans, cercano al partido de gobierno.

Durante el encuentro Capriles retrucó que “Venezuela está en una situación sumamente crítica”.

“Ni queremos un golpe de Estado ni queremos un estallido social. (...) Queremos que este problema se resuelva. Pero para ello respetemos la Constitución, dejemos la represión”, reclamó Capriles.

Desde hace nueve semanas Maduro soporta las mayores protestas de su primer año de gestión, algunas degeneradas en disturbios, con 41 muertos, 600 heridos y un centenar de denuncias por violaciones de derechos humanos, sin que gobierno y oposición hubieran dialogado hasta ahora.

“En una democracia, el diálogo debe ser la regla, no la excepción”, destacó el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Aveledo.

Rechazo a la amnistía. “Hay tiempo para la justicia y hay tiempo para el perdón. Es tiempo para la justicia”, dijo Maduro al rechazar los pedidos de amnistía y defendió nuevamente a los “colectivos”,  grupos paramilitares aliados al gobierno, que participaron del diálogo como parte de la delegación gubernamental.

“Yo pido respeto por los colectivos. Son en esencia grupos de trabajo social”, afirmó el presidente.

El analista político Manuel Felipe Sierra dijo a la AFP que en futuros encuentros “debe incluirse” a los sectores más radicalizados de la protesta, como los estudiantes.

Para Sierra, el del jueves fue “apenas un comienzo, que muestra la voluntad de resolver los problemas”, pero “sobre el que no pueden ponerse muchas expectativas”.

Desde Caracas