SOCIEDAD
CASO ARGAARZ

Se complicó la situación de las ex monjas detenidas

La fiscal de la causa por la desaparición de la maestra tucumana les leyó hoy los nuevos cargos que se le imputan tras comprobarse la adulteración de las firmas en el registro.

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La fiscal Adriana Giannoni, quien está a cargo de la causa en la que se investiga la desaparición de Beatriz Argañaráz, leyó hoy nuevas imputaciones a Nélida Fernández y Susana Acosta, las dos ex novicias imputadas en el caso, las cuales agravan ambas situaciones procesales.

La lectura de la funcionaria judicial se realizó tras haberse comprobado que las firmas que figuran en el libro de registro de ingreso del colegio Padre Roque Correa el día que desapareció la docente fueron falsificadas.

Giannoni y su secretario, Ernesto Baaclini, consideraron que se agravó la situación de las imputadas, pues ahora se las acusa de los delitos de "privación ilegítima de la libertad y ocultamiento de persona".

Por esa razón, ambas ex novicias no podrán recuperar la libertad, seguirán detenidas y fueron trasladadas hacia la comisaría de la Mujer.

Las conclusiones de los expertos de la Policía Científica de Tucumán sobre los peritajes caligráficos realizados determinaron que las firmas de entrada y salida de Acosta que aparecen en el registro el 31 de julio fueron hechas por otra persona y que tampoco corresponden a la ex novicia la rúbrica de ingreso del 1 de agosto, pero sí la que figura en la columna de salida, según confirmó Carlos Picón, abogado de la familia Argañaraz tras ser notificado por la Justicia.

Fuentes judiciales indicaron que las pericias caligráficas no sólo comprometen aún más a Acosta sino también involucra al personal del colegio donde trabajaban ella y la docente desaparecida ya que alguien firmó el registro, por lo cual Picón solicitará pericias a todo el personal del establecimiento educativo.

Giannoni además confirmó que Luis Fernández, hermano de una de las detenidas, está imputado como partícipe de las agresiones graves y de las lesiones que sufrió Argañaraz y se basa en la hipótesis de que su desaparición se debe a que buscaban impedir que la docente asumiera como directora del colegio Padre Roque Correa.

Fernández está prófugo y Gustavo Morales,  según indicó el abogado de las ex novicias, "no están dadas las garantías para que se presente a declarar".

Tras la lectura, el letrado y las ex monjas se negaron a firmar el acta que hizo la fiscal y Morales anunció que volverá a recusar a la funcionaria judicail ante el juez Alfonso Zottoli porque "no está cumpliendo con su deber al no dejar revisar la totalidad de los 50 cuerpos que tiene la causa y tampoco se leyeron las pruebas de cargo correspondiente".

La docente desapareció el 31 de julio pasado cuando salió de su casa rumbo al colegio Padre Roque Correa, donde trabajaba y estaba a punto de asumir como directora del establecimiento.
Desde entonces no se tienen noticia de ella y como parte de la investigación fueron detenidas Acosta y Fernández, en tanto que Julio Fernández, hermano de esta última, se encuentra prófugo de la Justicia y es buscado por la fuerza pública para que se presente a declarar.

La pista en la que trabaja con firmeza la fiscal Giannoni es la de alguna diferencia laboral entre las imputadas y Argañaraz, que estaba a punto de ser nombrada directora del colegio Padre Roque Correa, en el que trabajaba junto a Acosta  y con cuya área de pastoral colaboró Fernández años atrás.

Leonardo Coria y Picón, abogados de la familia Argañaraz conjeturan que Argañaraz habría descubierto irregularidades en el manejo de fondos en el colegio, que habrían involucrado a las imputadas, lo que habría sido el móvil de la desaparición de la docente.

La hipótesis fue ratificada hace tres semanas por el testimonio de una amiga de Argañaraz, Carolina Fernández, según la cual, la docente, aunque sin dar nombres, le había manifestado: "son unas víboras, quieren serrucharme (sic) el piso".

Argañaraz tenía domicilio en El Manantial  y hace más de 40 días, poco después de las 6, salió de su casa, para tomar un ómnibus de la línea 103, en el que va todos los días a su trabajo, pero no llegó a destino.

Algunos testigos aseguran que la docente tomó el colectivo de la línea 103 y se bajó en la esquina de La Madrid y Alem, donde habría subido a un auto blanco, aunque se desconoce si era remis o un vehículo particular.