El tercer viernes de cada mes de marzo, se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Sueño. Promovido por la World Sleep Society, en 2008, a la celebración se sumaron luego la Asociación Mundial de Medicina del Sueño y muchos otros organismos internacionales, incluso en Argentina.
Dedicar un día especial a recordar que hay que dormir bien y el tiempo necesario fue una iniciativa que propusieron inicialmente Liborio Parrino, un profesor de Neurología de la Universidad de Parma, en Italia, y un colega estadounidense de Upstate Medical Univesity, en Siracusa, Nueva York, en Estados Unidos.
La consigna del año 2022 es “Sueño de calidad, Mente sana, Mundo feliz”.
Soñar y dormir bien
Numerosos especialistas realizan año tras año diversos estudios para afinar las ventajas que dormir bien puede arrojar sobre nuestra calidad de vida, en lo inmediato y sobre nuestra salud general, a corto y largo plazo.
Aunque parezca una obviedad no lo es en absoluto, porque el estrés de la vida cotidiana, las preocupaciones, la adicción a las nuevas tecnologías, la alimentación escasa o excesiva, la falta de ejercicio físico –o su práctica en horas inapropiadas- y la ambición de estirar el día como chicle hasta que rinda 28 horas, entre muchos otros factores, perjudican notablemente el descanso.
Desde luego, dos años de pandemia no pasaron en vano por la población mundial, sin dejar a su paso ciertos efectos colaterales: dificultades para conciliar el sueño, desórdenes horarios, tendencia a dormirse más tarde, insomnio y mayor ansiedad.
Una encuesta realizada por la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, luego de dos años de pandemia, ofreció algunos datos reveladores:
- El 59% de las personas encuestadas durante el primer año de la pandemia (2020) afirmó que tenía problemas para lograr el descanso nocturno.
- Apenas el 8% de las personas duerme más de ocho horas y el 28% le dedica menos de seis horas.
- El 6% tuvo pesadillas más de 3 veces por semana, un marcador de cambios neuronales asociados al estrés y a la angustia. En 2021, la proporción siguió siendo alta, del 4%.
- Un relevamiento realizado en 2021 por la empresa de selección de personal Adecco Argentina demostró que el 65% de los encuestados aseguró irse a dormir con preocupaciones por el coronavirus y el trabajo.
Una persona adulta necesita entre 7 y 8 horas de sueño para que su organismo restaure las funciones básicas. Si no se logra, aparecerán trastornos en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, que luego desencadenarán otras complicaciones mayores.
La falta de sueño se refleja en algunos síntomas:
- Cambia el humor
- Aumentan los niveles de azúcar en sangre (diabetes).
- Aumenta la presión arterial
- Obesidad
- Se debilita el sistema inmunológico
- Ansiedad
- Depresión
“Las comidas muy pesadas de noche pueden provocar que uno no duerma bien por la digestión. Cuando el sueño se ve alterado, también se alteran las hormonas provocando que vayamos en busca de más comida: la leptina (hormona de la saciedad) disminuye. Por el contrario, el cortisol, que es la hormona del estrés, y la ghrelina (hormona del hambre) aumentan”, explica la Lic. Agustina Murcho (MN 7888), Nutricionista especialista en trastornos alimentarios.
“En los trastornos alimentarios suele haber trastornos del sueño. Hay un neurotransmisor llamado "serotonina" que regula el sueño, además del placer. Cuando hay mala alimentación, la serotonina suele estar baja, por lo tanto, va a hacer que la calidad de sueño sea mala. Cuando la persona empieza a comer mejor, empieza a dormir mejor”, continúa la Licenciada Murcho.
“Es importante tener una alimentación balanceada, no usar dispositivos electrónicos por lo menos dos horas antes de acostarse, hacer alguna técnica de respiración, no hacer actividad física 3 horas antes de la hora de dormir. No solamente importa la cantidad de tiempo que pasamos durmiendo, también es importante la calidad del sueño. Si el sueño se interrumpe o se acorta tal vez no transitamos suficiente tiempo en determinadas etapas del sueño. En otras palabras, lo bien que se funcione al día siguiente dependerá de que se haya logrado un buen descanso”, sugiere la Psicóloga Mara Fernández (MN 36031).
Por su parte, la Lic.Olga Ricciardi (MN 10500), psicóloga y Directora de CEDA (Centro Especializado en Desórdenes Alimentarios), afirma que “Los horarios nocturnos, en los que la familia descansa, suelen ser el momento privilegiado para darle lugar a la práctica física con la finalidad de generar gasto calórico y, obviamente, el descenso de peso que se desea”.
Sin embargo la Lic. Ricciardi lo desaconseja: ”esta actividad nocturna altera el sueño y con el transcurso del tiempo genera la comorbilidad en relación al sueño”.
Trastornos del sueño
Existen varios tipos de trastornos del sueño, que pueden ser una señal de alerta para hacer una consulta médica:
- Apnea del Sueño: patrones anormales en la respiración mientras se duerme, que interrumpen el sueño profundo.
- Insomnio: dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
- Narcolepsia: somnolencia extrema o trastorno crónico del sueño durante el día.
- Síndrome de las piernas inquietas o enfermedad de Willis-Ekbom: impulso de movilizar las piernas al tratar de dormir, así como sensaciones de hormigueo, ardor y comezón.
En el año 2023, el Día Mundial del Sueño se celebrará el 17 de marzo.
MM