Los temas que integran la agenda educativa suelen insertarse por la puja de la realidad de las comunidades e instituciones, es así como solemos ver que el debate educativo está planteado en relación con las reivindicaciones docentes o estudiantiles y las respuestas de gobiernos y conducciones educativas.
Pero también la agenda de la educación se compone de temas que son agregados por avances científicos y tecnológicos que atraviesan a toda la sociedad y por lo tanto a todo el mundo.
De manera que un buen gobierno debe articular su agenda sobre la base de las realidades locales y las tendencias a nivel mundial que sobre cada problemática se proponen y requieren la generación de capacidad de respuesta.
La inteligencia artificial desde hace unos años ocupa un lugar destacado en la agenda educativa internacional y ha provocado importantes instrumentos internacionales, como el Consenso de Beijing sobre la Inteligencia Artificial y la Educación de la Unesco, el que, aprobado en 2019, impulsa a planificar y dirigir los avances para considerar la posibilidad de aplicar medidas en respuesta a las oportunidades y los desafíos que presenta la inteligencia artificial en relación con la educación en todo lo atinente a gestión, planificación, políticas educativas, apoyo a la docencia y los aprendizajes de desarrollo de valores y promoción del uso equitativo e inclusivo de la inteligencia artificial en la educación, entre otras cuestiones.
Bases para una plataforma educativa
Posteriormente, la recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial de la Unesco de 2021 insta a los Estados, organismos, organizaciones universitarias y de investigación, instituciones y organizaciones de los sectores público, privado y de la sociedad civil que participan en las tecnologías de la IA para que el desarrollo y la utilización de esas tecnologías se guíen tanto por una investigación científica sólida como por un análisis y una evaluación éticos.
El 7 de septiembre, Unesco publicó la primera Guía Global sobre IA Generativa en la Educación y la Investigación, diseñada para abordar las interrupciones causadas por las tecnologías de inteligencia artificial.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, expresaba al momento de presentar la guía que “la IA generativa puede ser una tremenda oportunidad para el desarrollo humano, pero también puede causar daños y perjuicios. No se puede integrar en la educación sin la participación pública y las salvaguardias y regulaciones necesarias por parte de los gobiernos. Esta Guía de la Unesco ayudará a los formuladores de políticas y a los docentes a aprovechar mejor el potencial de la IA para el interés principal de los estudiantes”.
Con estos antecedentes, llama la atención que ese mismo día el gobierno nacional haya creado la Mesa Interministerial sobre Inteligencia Artificial, vía Decisión Administrativa 750/2023, como “ámbito transversal para abordar el avance y aplicación de la inteligencia artificial en diversos sectores de la economía y de la sociedad, de conformidad con un marco ético, de desarrollo sostenible y de transformación digital, y con la finalidad de diseñar una estrategia integral al respecto para ser aplicada por el Poder Ejecutivo Nacional” sin que la cartera educativa sea parte.
Que el gobierno nacional no haya incorporado la educación en ese espacio muestra que no hay registro de lo que está sucediendo en un ámbito en el que intervienen millones de personas todos los días, además de evidenciar una mirada distante de los debates mundiales y locales relativos al impacto de tecnologías que, aplicadas a la educación, como el ChatGPT, producen enormes transformaciones en las estrategias de enseñanza, los aprendizajes y evaluaciones, por citar algunos aspectos básicos en los que la inteligencia artificial está teniendo impacto en nuestras comunidades educativas. Negarlo es de necios, no incorporarlo en las políticas públicas habla de la ignorancia de la agenda y la realidad de la educación.
*Miembro del Consejo de Gobierno de Unesco-Iesalc.