Primer acto. Veo Outside Noise de Ted Fendt, una película muy agradable que se dio en el festival de Mar del Plata. Hacia el final, dos mujeres conversan en un parque de Viena. Una le cuenta a la otra la historia de Johanna Steindl, una austríaca que en los años 70 enseñaba alemán en la Unión Soviética y se enamoró de un escritor ruso. El escritor le entregó el manuscrito de una novela y ella, al volver a Viena, le encontró un editor en Estados Unidos. El escritor quería salir de Rusia y casarse con la mujer, pero el régimen le prohibía la salida. Desesperada, Steindl hizo una huelga de hambre frente a la catedral de San Esteban exigiendo que a su prometido le dieran una visa para poder emigrar. Milagrosamente, tuvo éxito. El escritor pudo salir de la URSS, llegó a Viena y se casó con la profesora. Pero no comieron perdices: al poco tiempo, él la abandonó embarazada y se fue a Estados Unidos detrás de su novela recién publicada en inglés.
Segundo acto. El título de la novela es Escuela para idiotas y el escritor se llama Sasha Sokolov. Tuvo una vida muy curiosa. Nació en 1943 en Ottawa porque su padre era el agregado militar de la embajada soviética. Parece que también era un espía y los canadienses lo deportaron en 1946. El hijo no le salió muy fiel al régimen: con el tiempo se convirtió en un rebelde y en un disidente que intentó escaparse varias veces y vivía al margen de la sociedad. De hecho, escribió Escuela para idiotas mientras trabajaba como guardabosques en algún confín de la URSS. Después de emigrar a Austria y luego a Estados Unidos, se casó varias veces más (la última con una entrenadora de remo) y tuvo otros hijos. Escuela para idiotas, elogiada entre otros por Nabokov, tuvo un moderado éxito en el extranjero, pero cuando cayó el comunismo y fue publicada en Rusia, Sokolov se convirtió en una celebridad literaria nacional. Sus dos novelas siguientes, intrincadas exploraciones de la lengua rusa, son poco conocidas en el extranjero, así como sus ensayos y su poesía.
Tercer acto. Explorando la web, leo que algunos consideran a Sokolov, quien hace tiempo que no publica aunque sigue escribiendo, uno de los mayores escritores contemporáneos. Intento dar con la traducción al castellano de Escuela para idiotas, pero no lo logro. Tengo que conformarme con la última versión en inglés de A School for Fools. Es la historia de un alumno de una escuela para discapacitados, pero la voz del muchacho (que hace pensar un poco en Ferdydurke) se mezcla con la de otros personajes y el yo que habla puede corresponder a cualquiera o a todos a la vez. Leo un poco y no logro tener una idea muy clara, pero me da la impresión de que Sokolov bien puede ser un genio (casi) secreto. Es posible que todos los escritores verdaderos lo sean clandestinos. Busco más sobre Sokolov y encuentro una entrevista en Il Manifesto que data de 2004. No hay duda de que se trata de un viejo cabrón. Allí atribuye su escasa visibilidad en Occidente a los taimados manejos de Joseph Brodsky (“muy influyente en Nueva York”) quien, según Sokolov, hizo lo posible para que no se lo tradujera ni se lo premiara.
Epílogo. Al parecer, Sokolov está vivo, así como Johanna Steindl. En la película, la mujer le pregunta a su amiga si quiere conocerla, pero nunca llegamos a ver esa escena.