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la contundencia de las cifras

Distribución del ingreso

No hay estadísticas parejas. Sí hay datos que aportaron investigaciones privadas, la Encuesta Permanente de Hogares, el Banco Central, el Ministerio de Economía, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización de las Naciones Unidas.

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No hay estadísticas parejas. Sí hay datos que aportaron investigaciones privadas, la Encuesta Permanente de Hogares, el Banco Central, el Ministerio de Economía, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización de las Naciones Unidas. Se agregó información del Gran Buenos Aires a partir de 1990 y en esa fecha, también, de diez ciudades del interior del país.

Son las estrategias económicas que adopta cada gobierno las que gravitan de manera importante sobre la distribución del ingreso de la población. El éxito o el fracaso de esas estrategias impactan en el nivel de actividad, en el empleo, en los mercados.

De todas maneras, no son las políticas económicas las únicas responsables de la evolución del ingreso porque también puede ser configurado por las empresaso por los incentivos emergentes de las distintas instituciones que participan del mundo productivo.

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Un trabajo especial elaborado por APOC (Asociación del Personal de los Organismos de Control), indica que en los años previos a la Primera Guerra Mundial, la Argentina ostentaba un nivel de ingreso per cápita entre los más elevados del mundo. Entre 1870 y 1913, el Producto Bruto Interno creció por arriba del 6 por ciento anual y el per-cápita, a un ritmo del 2,5 por ciento anual.

Después de la Segunda Guerra Mundial, salvo un corto tramo, se profundiza la mayor frustración: el crecimiento promedio del PBI per cápita entre 1950 y 2000 fue de 1,1 por ciento anual, quedando por debajo de México,Brasil y Chile. Recién en 2005, el PBI per cápita volvió a alcanzar el nivel anterior al de 1974.

El país no sólo se hundió económicamente, sino que fue deteriorando de manera creciente su distribución del ingreso. La población del Gran Buenos Aires, que se encontraba por debajo de la línea de pobreza, creció del 5 por ciento en 1974 al 53 por ciento en 2002. La participación en el ingreso de los asalariados se redujo del 45 por ciento en 1973, al 34 por ciento en 2003.

Tal como lo subrayan los textos de historia económica, una muy buena distribución del ingreso se logró al finalizar el Primer Plan Quinquenal de Perón, en 1951: llegó al 47,5 por ciento. A pesar de la crisis económica motorizada en el sector agropecuario, en 1954 esa distribución alcanzó el máximo histórico del 51 por ciento.

En la segunda mitad de los años cincuenta, un contexto económico internacional desfavorable para el comercio exterior ( los términos del intercambio, la relación exportaciones-importaciones), el 45 por ciento menor que el de 1948 se trasladó en una baja pronunciada del salario real por el congelamiento en los ingresos para tratar de contener (sin éxito) la inflación.

Recién en 1965, un año antes del derrocamiento de presidente Illia, la participación se recuperó hasta retornar a los valores similares a los anteriores de la crisis, el 45 por ciento. Ese promedio se mantuvo entre 1973 y 1974 para derrumbarse al 29 por ciento con los ajustes fenomenales del “Rodrigazo”, en 1975, línea que prosiguió durante la administración militar: en 1982 apenas se acercaba al 22,6 por ciento. Con la democracia creció para mantenerse a mitad de los ochenta, en el 30 por ciento.

La tendencia a la baja de la participación de los asalariados se profundiza a partir de 1993, junto con el proceso de desindustrialización y el ineludible aumento del desempleo hasta las derivaciones del colapso de 2001. En 2003, el mínimo histórico no alcanzaba a redondear el 20 por ciento. Desde entonces, si bien hubo una mejora decisiva en el PBI, con un crecimiento del 9 por ciento anual, los indicadores sociales dejaron bastante que desear, por la pobreza y el desempleo y una significativa cantidad de trabajadores en negro. La política impositiva regresiva ha influido negativamente, ya que la mitad de la recaudación total se concentró en el IVA y el gravamen sobre los salarios. La distribución del ingreso empeoró aún en los momentos prolongados de mayor oxígeno económico.


*Periodista.