Tedros Adhanom Ghebreyesus tiene 55 años y preside la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde julio de 2017. Lideró The Global Fund, una ONG que procura fondos para luchar contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Su experiencia como biólogo, doctor en salud comunitaria y larga gestión en el gobierno de Etiopía le dan el prestigio suficiente como para tener en cuenta sus palabras cuando sintetiza: “Es tiempo para los hechos, no miedo. Es tiempo para la ciencia, no rumores. Es tiempo para la solidaridad, no estigma”.
Habla, claro, del tiempo del coronavirus, el tiempo en el que la pandemia parece aflojar en algunos países, mantenerse estable en otros y amenazar con mayor gravedad en los restantes, en particular en aquellos que formamos parte del hemisferio sur, próximo a entrar en el otoño y –por ende– en un frío que acrecienta el riesgo.
Cuando habla de hechos, Adhanon habla de las decisiones concretas que van tomando las organizaciones internacionales (la OMS, por ejemplo, cuando varió su definición inicial de epidemia por la global pandemia), los gobiernos (que fueron mutando de cierto desprecio por las noticias iniciales –por casos, Italia y, en menor medida, Argentina– a una creciente atención y toma de decisiones en escalada) y también los medios de comunicación, tanto los convencionales –diarios, radios, revistas, televisión, agencias informativas– como las redes sociales, que vienen amplificando la cuestión hasta saturar con datos ciertos y –en mayor abundancia– noticias falsas o malintencionadas.
La OMS acaba de participar activamente en el auspicio de una jornada de capacitación en cobertura periodística acerca del coronavirus realizada en Buenos Aires durante esta semana, con la participación de más de 120 profesionales (buena parte de ellos dedicados específicamente al área de ciencia, salud y tecnología) y un panel que integraron la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, expertos en infectología y voceras de la OMS y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina. Algunos puntos sobre los cuales se puso énfasis:
- “Habrá mucha incertidumbre y la información y la evidencia científica cambiarán constantemente”.
- “Los medios de comunicación tienen un rol clave para ayudar a que la población confíe. Una población que confía en las autoridades sigue las recomendaciones para la prevención. Cuanto más responsables seamos todos en la prevención, más posibilidades habrá de contener el virus”.
- “Basarnos en fuentes confiables. Evitar la multiplicidad de voceros. Evitar subirnos a rumores que no estén chequeados: ir –de nuevo– en busca de fuentes confiables para ver qué dicen”.
- “¿Cuáles son algunos de los objetivos que buscamos con la comunicación?: evitar el pánico de los ciudadanos; promover la higiene de las manos y otras medidas de prevención; mantener la confianza de la población, que la población sepa qué hacer; que circule información confiable y precisa”.
Dicho esto, la pregunta a responder por los lectores de este diario es simple: ¿cumplen los medios argentinos formales o informales la mayoría de estas recomendaciones? Este ombudsman estima que hay una sobreinformación y –peor– lo que se denomina “infodemia”, es decir, la epidemia de la información, muchas veces basada en datos imprecisos, contradictorios o falsos, que crean en la sociedad más alarma que toma de conciencia ante estos dramáticos acontecimientos.
Recomiendo leer PERFIL: la cobertura que está haciendo, edición tras edición, es óptima y responde a las recomendaciones mencionadas más arriba.