COLUMNISTAS
entre la crisis financiera global y un 2009 de elecciones

Olas que vienen y van

Las palabras de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner en la reunión del Consejo de las Américas, que se desarrolló durante la excursión del matrimonio presidencial a Nueva York durante la última semana de septiembre, resonaban aún en estos días en los oídos de muchos de los asistentes a ese encuentro.

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Las palabras de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner en la reunión del Consejo de las Américas, que se desarrolló durante la excursión del matrimonio presidencial a Nueva York durante la última semana de septiembre, resonaban aún en estos días en los oídos de muchos de los asistentes a ese encuentro. Allí y entonces, la Presidenta respondió con un dejo de ofuscación a una pregunta del auditorio referida a la existencia, o no, de un plan B por parte del Gobierno argentino destinado a hacer frente a los avatares de la fenomenal crisis económica mundial disparada a punto de partida de la irresponsable burbuja de las hipotecas en los Estados Unidos. Dijo la Dra. Fernández de Kirchner que la Argentina no necesitaba un plan B. Pero, a pesar de tan tajante afirmación, la realidad ha actuado con la fuerza de lo inexorable. Por lo tanto en la semana, la Presidenta debió salir a advertir que, como no podía ser de otra manera, los coletazos de la crisis irán a afectar a la economía de nuestro país.

La verdad es que en el Gobierno hay real y creciente preocupación por la evolución de este colapso económico mundial. Es una preocupación seria porque los efectos de la disminución de la actividad económica comienzan a sentirse en la vida diaria de la gente.

Un ejemplo claro de esto lo representa el sector de la industria automotriz. Las suspensiones en la planta de IVECO en la provincia de Córdoba, así como también el adelantamiento de las vacaciones que se van produciendo en otras empresas, están generando mucha inquietud.

Esta semana hubo una reunión entre las cúpulas de la Confederación General del Trabajo y de la Unión Industrial Argentina.

Allí se habló mucho del impacto de la crisis a nivel local. No es casual que la dirigencia de la CGT haya salido a reclamar que no se pierdan puestos de trabajo. En consonancia con ello los líderes sindicales han decidido poner en el congelador el pedido de aumentos salarial de 500 pesos que se venía conversando con el Gobierno nacional.


En el Ministerio de Economía se observa todo con gran preocupación. El ministro Carlos Fernández está por estas horas en Washington. Allí mantendrá reuniones con autoridades de la administración del presidente George Bush y con el resto de los representantes del Grupo de los 20, quienes se dieron cita en la Capital de los Estados Unidos para ver qué más pueden hacer para enfrentar una crisis que, hasta aquí, parece no tener freno.

La principal preocupación del Gobierno es Brasil. La atención está centrada no tanto en la devaluación del real sino en la desaceleración de la economía brasileña.

“Con una caída en la actividad económica bajarán los niveles de las exportaciones argentinas y, en paralelo, como se han cerrado muchos mercados se va a generar una presión exportadora de productos brasileños hacia la Argentina”, reconoce una fuente del Ministerio de Economía.

Por esta razón, se han reforzado los contactos entre los gobiernos de la Argentina y del Brasil para establecer mecanismos de coordinación que permitan administrar los flujos comerciales de una manera racional y equitativa. Ya hubo conversaciones informales entre funcionarios de segunda línea y se está trabajando en la organización de una reunión entre los cancilleres de ambos países para después extenderla a todo el Mercosur.


En Economía hay una subestimación del impacto fiscal del enfriamiento de la actividad económica. La misma fuente del Palacio de Hacienda agrega que “los riesgos fiscales de la crisis son acotados. Muchos hablan de la caída de precios de las materias prima –las famosas commodities– y de su repercusión en las cuentas nacionales. Lo cierto es que estos niveles de precios son muy similares a los que tenía la Argentina en 2007. Además, la Argentina no pudo gozar de los beneficios que el alza del precio de la soja tuvo en los últimos meses. Por otra parte, el presupuesto de 2008 es un peine fino en el que se ha buscado que el nivel de gastos no supere el de los ingresos”.

Lo que sí le preocupa al ministro Carlos Fernández es la caída de la actividad económica.

“La Argentina habrá crecido un 7% en este año. Para 2009 el presupuesto prevé un aumento del 4%. Pero hay dudas respecto de ello y, si tal nivel no se alcanzara, se encenderían las luces amarillas”, relatan en las cercanías del ministro.

A propósito del presupuesto, la orden del jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, ha sido tajante: el proyecto se habrá de tratar en el recinto en la semana que comienza. “Vamos a tratar este proyecto porque, más allá de sus críticas, la oposición no ha aportado ninguna alternativa distinta. En estos momentos cualquier número es posible. Nadie sabe qué puede pasar. Esperamos aprobarlo entre el miércoles y el jueves próximos”, sostienen en el bloque del Frente para la Victoria.


A todo esto el Dr. Néstor Kirchner tiene su mente ocupada en dos temas fundamentales. Uno es la economía. El otro, las elecciones legislativas del año que viene.

Hay que tener en cuenta, siempre, que el verdadero ministro de Economía del gobierno de Cristina Kirchner es Néstor Kirchner, su esposo. Es él quien sugiere cosas. Y es sabido, también, que tales sugerencias son órdenes.

Fue por una de esas sugerencias que el jefe de Gabinete de Ministros se reunió con el economista Carlos Melconian. En la conversación que tuvo con Sergio Massa, Melconian expuso la idea del atrincheramiento según la cual éste es un momento en el que hay que moverse lo menos posible a la espera de que la crisis comience a dar signos de ir amainando. Massa tomó nota. Se espera que el ministro Carlos Fernández haga lo mismo. Por lo pronto, la cancelación de la deuda con el Club de París deberá esperar. Los bonistas, también.


Decíamos que el tema de las elecciones legislativas de 2009 constituye la otra gran preocupación del ex presidente en funciones. A eso responden las diferentes reuniones que viene manteniendo con los intendentes de las distintas secciones electorales de la provincia de Buenos Aires.

La oferta que les hace es concreta: plata. Los intendentes están debiendo enfrentar situaciones de creciente dificultad. Lo que ocurre es que muchos de ellos, a Néstor Kirchner, no le creen.

El ex presidente en funciones le viene encargando a las consultoras que están abonadas al Gobierno y que se financian con fondos públicos que midan su imagen. La idea que está dando vuelta es la de Néstor Kirchner como primer candidato a diputado nacional por la lista del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires.


Pregunta: ¿el Dr. Kirchner habrá hecho o estará pensando en hacer el cambio de domicilio?

La pregunta viene a cuento por lo que le sucedió a su esposa, la hoy Presidenta, quien en 2005 se presentó como candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires habiendo olvidando hacer el cambio de domicilio en tiempo y forma.

A raíz de ello, como se recordará, la Dra. Fernández de Kirchner, ante el papelón que hubiera significado aparecer votando en Santa Cruz al mismo tiempo que era elegida senadora por Buenos Aires, decidió no votar. En fin, un bochorno.

Dicho esto hay que recordar que esa circunstancia poco le importó a una parte importante de los votantes bonaerenses ya que la hoy Presidenta ganó igual. La ciudadanía también debería reflexionar sobre sus comportamientos.


En la semana la Dra. Fernández de Kirchner debió intervenir en la creciente disputa entre la ministra de Salud, Graciela Ocaña, y el superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli. Lo hizo a favor de la ministra. Fue, aun cuando incompleta, una buena decisión. Lo de Capaccioli no da para más.

Alberto Fernández viene tratando de evitar la caída de Capaccioli, a quien la licenciada Ocaña querría ver fuera de la función ya. El ex jefe de Gabinete intentó buscar un acercamiento entre la ministra y su subordinado.

No tuvo éxito. Capaccioli también está intentando, desesperadamente, un acercamiento con Ocaña. Hasta aquí, el resultado es la historia de un fracaso. ¿Cuánto más aguantará esta situación?

El viernes el canciller, Jorge Taiana, convocó a su despacho al embajador de los Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, para expresarle el disgusto por las maniobras que el FBI intentó realizar para que María del Luján Telpuk, la ex funcionaria de la Policía de Seguridad Aeroportuaria devenida en una celebridad, cambiara su testimonio sobre Antonini Wilson y su valija.

La actitud del FBI es repudiable. Sin embargo, el problema para el gobierno argentino es la valija, es Claudio Uberti, quien oficiaba de embajador paralelo en Venezuela, es el testimonio de su secretaria, Victoria Bereziuk, afirmando que Antonini estuvo en la Casa Rosada, y es ese inexplicable vuelo en avión privado a Caracas en días en los que había vuelos de línea con asientos disponibles en todas las clases.


Mientras tanto, comenzó la ronda de visitas guiadas al INDEK. Forman parte del operativo destinado a cambiar la imagen del Instituto anunciado ante el Congreso por el jefe de Gabinete. La iniciativa tiene toda la impronta de lo aparatoso y, por ende, poco sustancioso.

La presencia de los funcionarios más controvertidos que responden al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, algunos de los cuales han tenido actitudes violentas y patoteriles que quedaron bien documentadas durante el conflicto entre el Gobierno y el campo, le ha quitado a la iniciativa cualquier atisbo de seriedad.

Es por ello que muchos de los empresarios que tomaron parte de la primera reunión huyeron haciendo mutis por el foro. Es que para todos quedó claro que el INDEK lo sigue manejando Moreno. Y es sabido que el INDEK de Moreno no fue, no es ni podrá nunca ser serio.


Producción periodística: Guido Baistrocchi.