En el equipo del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, están empezando a sentir la crudeza de la realidad. “Estamos golpeados, pero seguimos en camino. Nos da fuerzas saber que crecimos mucho desde que arrancamos, pero es muy difícil superar a Scioli”, señala una fuente desde el corazón del randazzismo. El análisis coincide con lo que muestran algunas de las encuestadoras más confiables: Randazzo está midiendo muy bien en los centros urbanos de clase media, pero Scioli arrasa tierras adentro, en el Noreste y en el Noroeste. “Daniel viene siendo el próximo presidente desde hace diez años, y contra eso es muy difícil pelear”, se sinceran en el entorno del ministro.
Nadie sabe qué va a pasar puertas adentro del kirchnerismo. “Ella lo va a decidir, y recién ahí sabremos la verdad. El que diga que sabe algo, miente. Nosotros confiamos en que Cristina vaya depurando la interna para llegar con menos candidatos (quizá sólo tres) a las PASO, lo que fortalecería nuestra posición. La realidad ahora es que Daniel mide muy bien”, reconoce una fuente del Gobierno.
En cuanto a la estrategia del ministro de Interior y Transporte, quienes trabajan con él la definen como de un alineamiento absoluto con la Presidenta. Es decir que respetará en un ciento por ciento sus deseos. Si mañana la orden de Cristina Fernández de Kirchner es que el candidato a vicepresidente debe ser Axel Kicillof –con el que no tiene una gran relación–, Randazzo lo abrazará y dirá que siempre fue su mejor opción. “Nosotros creemos que Cristina va a dejar jugar a los candidatos del Frente para la Victoria y esperamos que a último momento nos señale como los elegidos”, se ilusionan desde la cercanía del precandidato.
Si Randazzo llegara a perder la interna –cosa muy probable hoy– y Scioli ganara la Presidencia, de ninguna manera va a aceptar ser parte de su gabinete. “Está cansado de la gestión. Se irá a su casa y militaremos para volver más adelante. Es imposible que trabaje para Scioli porque no lo respeta políticamente. No es un tema personal, sino político”, concluye la fuente.
Desde La Cámpora el panorama se ve de manera bastante similar. “Todos sabemos que el único candidato competitivo del Frente Para la Victoria (FpV) es Daniel Scioli. Eso nos duele, pero aceptamos la realidad como es”, comenta una voz con acceso a posiciones de decisión de la organización que lidera Máximo Kirchner. En ese ámbito, tampoco se sabe quién podría ser un posible vice. Por ende, las especulaciones están a la orden del día.
Planeta K. Para tener una idea de cómo funcionan las cosas en el universo del kirchnerismo, muchos de los que buscan repuestas a las incógnitas antes señaladas, hacen un seguimiento de las posiciones que van ocupando los ministros en los palcos de las cadenas nacionales y, de acuerdo donde estén sentados, van viendo si sus acciones suben o bajan.
Si gana Scioli, todo el kirchnerismo que no lo quiere –que es mucho– es consciente de que va a ser muy difícil de condicionar. “Una vez que el sujeto esté sentado en el sillón de Rivadavia, quien piense que lo podrá condicionar desde adentro del Ejecutivo estará cometiendo un grueso error de apreciación política”, señala la fuente anteriormente aludida. Por tanto, el objetivo del kirchnerismo duro es el de conformar un bloque férreo de diputados K y de diputados camporistas a fin de poner límites a un posible gobierno sciolista.
Respecto de Mauricio Macri, la situación que se vive dentro de los sectores duros del oficialismo es contradictoria. “Nosotros nos la pasamos trabajando para crear un candidato opositor y no para crear nuestro candidato”, se sincera una voz de La Cámpora. El poco afecto hacia Scioli es tal que, dentro de esa estructura, algunos hacen especulaciones sobre la posibilidad de conformar una fórmula K pura que se lleve los votos propios y deje sin opciones al actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Más allá de eso, hay un dato de la realidad: es un secreto a voces que en las segundas líneas del sciolismo detestan todo lo que tenga que ver con La Cámpora, cuyo futuro es, al día de hoy, poco claro.
“Nosotros ya tenemos que dejar de ser una organización política como lo que somos para pasar al plano electoral. Y para eso esperamos la definición del líder, que es Máximo. El tiene que tomar ese camino”, señala la fuente camporista que recuerda el discurso de Cristina cuando le señaló públicamente a su hijo que tenía que hacerse cargo de esa responsabilidad. Obviamente que el tema pasa por un cambio de actitud de él y de una exposición mayor que, aún, esperan que se dé.
La imagen positiva de la Presidenta es un dato que recogen todas las encuestas. El guarismo gira alrededor del 40%, con picos en algunas que llegan hasta el 48%. La causa es muy simple: hay una desaceleración de la inflación y los subsidios para el consumo están a pleno. El combustible para mover la economía del país son los subsidios, recurso que constituirá una pesada herencia para el próximo gobierno.
El personalismo es una de las características esenciales del kirchnerismo. Una muestra de ello se vio días pasados en el Senado bonaerense durante la entrega de las medallas de oro de “Buenos Aires tiene Mujeres Destacadas 2015”. En esa ocasión se distinguió a la madre –Ofelia Wilhelm–, y a la hermana –Giselle Fernández– de la Presidenta. Según expresó el vicegobernador Gabriel Mariotto, el argumento para el otorgamiento de dichas distinciones fue que ambas “tienen la condición gigante de haber formado a nuestra Presidenta y ese espíritu que tiene Cristina lo tienen en su ciudad y en su barrio” (sic). El hecho tiene reminiscencia de lo ocurrido el 23 de marzo de 1805: ese día, Napoleón le otorgó a su madre, María Leticia Ramolino, el título de Su Alteza Imperial, Madre del Emperador.
Producción periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.