El magnate neoyorkino ya es presidente. Luego de un sorprendente proceso electoral y de una agitada transición, finalmente juró ayer, en medio de protestas y polémicas.
Trump gusta mostrarse como poderoso y arrogante, el representante del ciudadano de a pie, dispuesto a enfrentarse a las corporaciones de Wall Street, los lobbies de Washington, las celebrities de Hollywood, la prensa y los poderes extranjeros Sin embargo, su presidencia enfrenta múltiples tensiones, internas y externas, lo cual nos lleva a preguntarnos si podrá completar su mandato.
En primer lugar, hay que matizar el supuesto apoyo popular que lo sostiene. Llegó a la Casa Blanca con niveles de aprobación históricamente bajos. El 8 de noviembre fue elegido por casi 63 millones de estadounidenses, tres menos que los que obtuvo su rival. Lo eligió apenas el 27% del padrón. Ayer presenciamos uno de los actos de asunción con menor participación popular en los últimos años. Y, desde el jueves, se multiplicaron las protestas, no sólo en New York, sino en distintas ciudades de todo el país. Hoy sábado se espera una multitud de manifestantes en la Marcha Nacional de Mujeres. O sea, a pesar de que Trump se auto-proclama como el auténtico representante del pueblo (en su discurso inaugural recalcó que “el 20 de enero se recordará como el día en el que el pueblo volverá a gobernar”), en realidad lo apoya un sector de la sociedad.
El primer frente complejo que deberá enfrentar es el interno. Con el gabinete que nombró (poblado por CEOs, militares y republicanos ultraconservadores) no se avizora una reindustrialización de Estados Unidos. Los recientes anuncios de las automotrices, que permitirán “recuperar” algunos miles de puestos de trabajo, no contrapesan los más de 5 millones de empleos industriales perdidos en los últimos 15 años. Puede haber tensiones comerciales con México y China, pero difícilmente haya un viraje proteccionista como en la década de 1930. Si ello ocurre, deberá enfrentar a los sectores más trasnacionalizados del capital, lo cual es poco probable, teniendo en cuenta que nominó a un ex Goldman Sachs como Secretario del Tesoro. A eso hay que sumarle los intentos de avanzar contra derechos sociales y disminuir los presupuestos de la salud y educación públicas. Es de esperar que deba enfrentar la resistencia de hispanos, afroamericanos, musulmanes y también de las mujeres, que hoy harán su primera gran demostración de fuerza. Desde los años sesenta que no hay en Estados Unidos un clima de tensión y movilización social.
El segundo frente es el internacional. Trump pretende aproximarse a Rusia para confrontar con China. De concretarse, sería un giro geoestratégico como el que implementaron Nixon y Kissinger en los setenta, pero en sentido inverso: atraer ahora a Moscú, para debilitar a Pekín. O sea, intentará resquebrajar el eje Rusia-China que desafiaba hasta ahora a la tríada Estados Unidos-Europa-Japón. Esos movimientos “tectónicos” en materia geopolítica y militar enfrentan resistencias, incluso al interior de los servicios de inteligencia y el Pentágono. Asistimos en las últimas semanas a distinto tipo de operaciones para boicotear la aproximación Trump-Putin.
En síntesis, Trump está avanzando en muchos frentes de conflicto al mismo tiempo. Puede no completar su mandato? Hasta ahora, de los 44 presidentes que tuvo Estados Unidos, 9 no lo hicieron (4 fueron asesinados, 4 murieron por causas naturales y Nixon renunció, antes de ser juzgado a través de un impeachment). Será el flamante mandatario parte de esta lista?
*Profesor UBA. Investigador Adjunto del CONICET. (@leandromorgen)
