El otro día, mi mujer me dijo “Vení a ver esto”. Yo sabía que ella estaba viendo Heartland, una serie canadiense que constituye uno de sus placeres culpables y que va por la decimoquinta temporada. Es sobre una familia que se dedica a criar caballos en una hacienda de Alberta y son más buenos que los Ingalls. Flavia reconoce que la serie es muy ñoña, pero se hizo adicta una vez que se rompió un hombro y estuvo en cama un montón de tiempo. Cuando fui a ver qué pasaba, en la pantalla había un bicho que era como un caballo a rayas. Como raro, era bastante raro y, ante mi perplejidad, Flavia me reveló el enigma con una exclamación de entusiasmo: ¡Es un zebrallo! ¿Eh?, dije yo. Una mezcla de zebra y caballo, remató ella. Jamás pensé que tal cosa existiera y no sé si hasta ahora apareció uno en la televisión o en el cine. Bueno, todo bicho viviente apareció alguna vez en el cine. Y muchos bichos imaginarios también. Cada vez más.
Era simpático el zebrallo, medio gordito y petisón. Pero Flavia no me supo decir el nombre, ni si era macho o hembra. Aduce que nuestro amigo no trabajó mucho en la serie como para ser bautizado. Así que recurrí a la Wikipedia donde, como ocurre con todos los mamíferos, hay bastante para leer. En primer lugar, los zebrallos o cebroides no son un descubrimiento de Heartland, sino que se los conoce al menos desde Darwin, quien los menciona en su obra. Averigüé también que la cruza más común es entre una zebra macho y una yegua. En la Wiki en inglés, como suele ocurrir, hay más detalles y me enteré de que hay varias posibilidades de cruzas en el género equus que agrupa a los caballos, los asnos y las zebras. En inglés, un zebrallo se dice zorse o zebroid, pero también hay nombres para otras cruzas con zebras, según el género y la identidad de los animales apareados y de sus crías. Así, aparecen nombres tan curiosos como zenkey, zonkey, zedonk, zebadonk, zebret, zebronkey, hebra, horsebra o zebrinny. Eso sí, la mayoría de los híbridos son estériles. Pero eso lo sabía yo desde que leí la trilogía Fundación, de Asimov, en la que un poderoso personaje se llama El Mulo, justamente por su incapacidad de reproducirse, ya que el mulo es un híbrido de caballo y burro. La causa de la esterilidad tiene que ver con la paridad de los cromosomas y con algo llamado la Regla de Haldane. Allí la cosa se pone más complicada de lo que esta página pretende abarcar y, probablemente, de lo que soy capaz de comprender.
Pero esto me lleva a una reflexión sobre nuestra dependencia de la Wikipedia, un tema que no para de obsesionarme. Por un lado, vivimos repitiendo cosas que leemos allí, sin saber si son ciertas. Bien podría alguien haber plantado esta información y hasta podría ser un guionista de Heartland después de simular al zebrallo usando efectos especiales. Por otra parte, gracias a lo que dice la Wikipedia se escriben notas como ésta: solo falta un programa de Inteligencia Artificial que lo haga sin intervención humana. Pero ¿es verdaderamente así? Quiero decir, ¿no hay nada en estas líneas que revele a un ser humano detrás de ellas? O, dicho de otro modo, ¿no hay nada que pueda atribuirse a mi estilo, mi talento o mi sentido del humor? Casi seguro que no.