Parece difícil de entender que el hombre que está enfrente del grabador sea el mismo que hace menos de dos años no era siquiera presidente de la federación de su país. En ese lapso no sólo alcanzó ese puesto, sino que se sentó en el sillón más poderoso del fútbol sudamericano. Wilmar Valdez habló con PERFIL sobre este presente convulsionado de una Conmebol que planea “perdonar” a Boca luego del gas pimienta en el superclásico copero de mayo. También habló de las fallidas elecciones de AFA y del negro panorama de la dirigencia luego del Fifagate.
—¿Qué hay de cierto del indulto a la sanción de Boca?
—En el Comité del martes 22 se trató la chance de una amnistía, algo de lo que ya se había empezado a hablar durante el mandato del ex presidente Napout, quien había hecho una propuesta para reducir las sanciones de todos. Lo que hoy es seguro es que se va a elaborar una protesta para llevar la propuesta del indulto al congreso del 26 de enero, el día que se votará a presidente.
—¿Pero cuál sería la razón de ese indulto?
—Es una propuesta razonable que tiene su fundamento en que es el año del centenario de la Conmebol. Igual se analizará caso por caso. Usted me pone el caso de Boca (cuatro partidos a puertas cerradas y otros cuatro sin poder llevar su público de visitante), pero hay otros también como el de Rosario Central (70 mil dólares y su primer partido a puertas cerradas) que también entraría en la bolsa. Hay que definir los criterios.
—El año que viene se cumple el centenario de una Conmebol que ya no existe.
—A veces uno se pone a pensar que las cosas pasan por algo. Y es increíble. Algunos creen en Dios, otros creen en las casualidades, otros en distintas creencias. Yo creo en el destino. Por eso estoy seguro de que en el año previo al centenario de la institución haya pasado todo lo que pasó. Es una gran oportunidad para comenzar una etapa nueva, que nos haga transitar un camino diferente para una Conmebol sólida y fuerte. Hay que refundar todo.
—Hoy, para el común de la gente, decir dirigente es sinónimo de corrupción.
—Tengo bien claro que la imagen que hoy la gente tienen de nosotros es ésa. También sé que eso se cambia con acciones y no con lindos discursos.
—La imagen que dejaron las elecciones de AFA no contribuyó mucho para cambiar ese paradigma. ¿Qué opinión tiene de ese bochorno?
—No es la mejor imagen la que se mostró. No es lo que me hubiese gustado que pasara. Pero pasó lo que pasó y lo importante es que sea quien sea el que se imponga haya un ganador electo en democracia. Eso sería un paso importante para todos.
—¿Los mandatos cortos en cualquier federación están estipulados?
—Una de las propuestas que nosotros vamos a hacer es poner en el estatuto un máximo de dos mandatos. Es algo que se impone. La FIFA definió que sean tres en lo que se refiere a su presidencia, por lo que le dará más rotación, transparencia y la posibilidad a que venga gente nueva a exponer sus ideas y sus pensamientos.
—El día que asumió en la Asociación Uruguaya su mujer le dijo por teléfono: “Que Dios te ayude”. ¿Qué escuchó cuando le anunció que era el presidente de la Conmebol?
—(Risas.) Lo mismo: “Que Dios te ayude”.
¿Segura candidato?
El panorama de cara al congreso del 26 de enero, en el que se elegirá al nuevo presidente de la Conmebol, tiene dos certezas y varias incógnitas. Lo que es conocido es que Wilmar Valdez y el paraguayo Alejandro Domínguez se presentarán como candidatos. El uruguayo le aseguró a PERFIL: “Estoy convencido de que puedo ser la cara de esta nueva etapa. Tengo muchas ganas y me siento muy capaz en este momento difícil de afrontar”.
Las incógnitas pasan por si aparecerá algún dirigente que nadie tiene anotado. Tras la última reunión de comité ejecutivo, realizada para definir el ranking-Conmebol, que decidió a los cabezas de serie del sorteo de la Libertadores, crecieron los rumores de dos tapados. Uno es el colombiano Ramón Jesurum; el otro, Luis Segura. ¿Se presentará el actual presidente de la AFA?