Ni euforia ni descontento. Los empresarios reflejan con su ánimo la cautela que también exhiben los números oficiales sobre la actividad industrial en este tramo del año. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las fábricas produjeron en julio un 2,6% más que en el mismo mes del año pasado, cuando en los meses previos la expansión registrada había sido del 5% en mayo y del 3,8% en junio. En los primeros siete meses del año, en tanto, la industria trepó un 1,7%, en medio de reclamos del sector por falta de competitividad, incrementos de costos y trabas para ingresar insumos desde el exterior.
La cifra se conoció ayer, al término de una semana en la que la presidenta Cristina Kirchner se reunió con empresarios en Santa Cruz, donde intercambió opiniones sobre problemas productivos y también, sobre cómo financiar una baja del mínimo no imponible para impulsar el consumo de la clase media.
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“¿Alguien conoce una fábrica que haya cerrado por falta de insumos importados?”, le espetó la jefa de Estado al presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, a Jorge Brito, de la Asociación de Bancos de la Argentina, y también a otros referentes del empresariado que la escucharon en el Hotel Patagonia de Río Gallegos. Nadie abrió la boca, y apenas se hicieron oír quejas por las demoras en las aprobaciones de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI). “Tráiganme los casos puntuales”, dijo Cristina, que quiere evitar que importadores acumulen stock para especular con una eventual devaluación. “¿Cómo querés que esté?”, contestó Cristiano Rattazzi a PERFIL cuando fue consultado por la devaluación en Brasil y su impacto sobre la industria automotriz local, durante la última edición del Consejo de las Américas. Fiat, la compañía que preside, es una de las más afectadas por la merma de la demanda brasileña. Así y todo, en julio, la producción de automóviles subió 8,2% respecto de un año atrás, mientras que el resto de la industria metalmecánica cayó 2,6%. El promedio de los pronósticos de crecimiento económico para este año van del 2 al 5%, según cuánto impacto miden los analistas del cepo al dólar y los problemas de Brasil en la actividad productiva.
Algo se está moviendo la construcción, ya que la producción de materiales trepó un 2,3% en julio, con un 7,3% más de cemento, 5,7% más en vidrio y mermas en el resto de la cadena del ramo. El Indec también registró una caída de la refinación de petróleo (4,4%), que terminó empujando hacia abajo el balance de los primeros siete meses del año.
“La industria creció casi dos por ciento en los primeros siete meses de este año y la mayoría de las empresas consideran que la demanda aumentará”, opinó Osvaldo Rial, industrial bonaerense y presidente del Fondo de Garantía de Buenos Aires. Tras el encuentro en Río Gallegos, los empresarios se fueron con la promesa de que habrá reuniones sectoriales periódicas para tratar los problemas de cada uno de los rubros. Fundamentalmente, hay fábricas esperando autorizaciones para importar insumos claves.
