"Esta crisis global del COVID-19 vino a exacerbar las carencias de la Argentina", expresó el Coordinador Residente de la ONU en la Argentina, Roberto Valent. Y recordó que si bien se trata de un país de renta media, " Argentina tiene enormes desigualdades. Tiene varias caras y serios desafíos económicos y sociales que deberá abordar en dos frentes, interno e internacional", recomendó. El funcionario remarcó la importancia de construir políticas a largo plazo para el futuro, no pensando en 5 o 6 años, sino en "los próximos 25 años", y en esta línea valoró la iniciativa nacional del Consejo Económico y Social, como un puntapié inclusivo.
Valent ofició de anfitrión en la presentación del Estudio Preliminar sobre el Impacto Socioeconómico y Ambiental del COVID-19 en la Argentina, realizado por la ONU. Entre las apreciaciones iniciales calificó el impacto del COVID-19 en el país como "alarmante". "Es una crisis global, inédita e inesperada" que vino a golpear a "un país que ya tenía problemas" relacionados con fuertes constricciones fiscales que experimentaba la economía local para atender a las demandas básicas de la población, así como la negociación de la deuda externa", dijo.
"La crisis desatada traerá mayor contracción económica, pérdidas de empleos y aumento de la pobreza", adelantó el Coordinador de la ONU en el país, pero también valoró -como lo viene haciendo la comunidad internacional-, que "la respuesta sociosanitaria de la Argentina ha sido proactiva y muy importante".
De acuerdo al informe, la contracción de la economía alcanzaría un número singular. Utilizando los datos de la OCDE, el informe de la ONU establece que "la economia caería entre un 8,2% (si la pandemia se controla) hasta un 10% si hubiera rebrote del virus".
"Argentina con capacidad de producir alimentos para 400 millones de personas debe brindar asistencia alimentaria a 11 millones de argentinos", indicó Valent y recordó que ese apoyo "Se movió de 8 a 11 millones desde que apareció el COVID".
La pobreza también crece según el informe de la ONU. "En el segundo semestre de 2019 la pobreza afectaba el 53% de los niños y niñas pero este número podría llegar al 58,6% a fin de este año", adelantó Valent.
Por su parte, la pobreza extrema podría llegar al 16,3% hacia el final de 2020. "En términos de volúmenes de población, implicaría que entre 2019 y 2020 la cantidad de niñas, niños y adolescentes pobres pasaría de 7 millones a 7,76 millones; la pobreza extrema, de 1,8 a 2,1 millones".
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Por otra parte, y en relación al empleo que es otro de los grandes flajelos a los que toca la pandemia, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) analizó distintos escenarios de caída de PBI, se perderían entre 750.500 y 852.500 empleos en Argentina en 2020. "Ante una disminución del PIB del 8,25% prevista por la OCDE, en su proyección económica para 2020, el impacto en el empleo resultaría en 750.500 personas ocupadas menos. Si llegase a producirse un segundo rebrote, se estima que el PIB argentino registraría un descenso del 10%, dando lugar a una disminución en el número de ocupados que podría superar las 750.500 personas", dice el informe..
Respecto de las rápidas medidas tomadas por el gobierno para abordar la crisis Valent destacó que "la Argentina tiene larga tradición de protección social – Estado y Sociedad Civil y empresas pero tiene que tener complementariedad con el sistema productivo", dijo. Y recordó que "se necesita un marco fiscal robusto y sólido. No puede haber un marco de protección social fuerte sin marco fiscal o de crecimiento económico pujante. Argentina tiene capacidad humana y de recursos para generar un crecimiento inclusivo. La respuesta deberá ser multidemensional y coordinada", indicó.
Por su parte, Pedro de Oliveira representante de la OIT en Argentina, abordó la fuerte caída de empleos que es posible ver en el futuro como parte del impacto por la pandemia en el país. "Previo a la crisis la situación era de extrema debilidad y asistimos a un triple choque: de demanda, de oferta y financiera (riesgo a las empresas)", indicó.
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Según Oliveira, la caída de las inversiones se registraron en todos los sectores, excepto en las industrias de alimentos, farmaceúticas, y de equipos médicos. "El impacto social más fuerte se ha visto en el comercio, la construcción, la provisión servicios sociales, turismo , gastronomía", etc.
La caída del empleo que mostró de Oliveira fue contundente: "El dato más reciente sobre la desocupación registra que en el cuarto trimestre de 2019 alrededor de 1,2 millones de personas buscaban activamente trabajo, con una tasa de desempleo del 8,9%".
Para el representante de la OIT, "Los datos disponibles para los primeros meses desde el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio, muestran como la crisis del COVID-19 ha impactado fuertemente en el mercado de trabajo argentino", dijo. "Si bien todavía no se cuenta con información para el conjunto de la fuerza laboral, hay datos del impacto en el empleo registrado. Según la Encuesta de Indicadores Laborales del MTEySS, en marzo y abril de 2020, se registraron caídas del 3% anual en el empleo privado registrado en empresas de más de 10 trabajadores. Esta es la mayor caída de los meses de marzo y abril desde el año 2002.
Ese impacto en el empleo registrado también se presenta en la evolución del número de trabajadores cotizantes al SIPA que en abril de 2020 disminuyó en un 21,5% en comparación con el mismo mes del año anterior.
En este marco, de Oliveira refrendó las medidas establecidas por el Gobierno para mitigar el impacto de la crisis en la economía local.
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"Destacamos dos políticas de mayor relevancia: el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el Ingreso Familiar de Emergencia para los trabajadores informales y los que más vulnerables", apuntó.
En el cierre de la presentación del Estudio Preliminar sobre el Impacto Socioeconómico y Ambiental del COVID-19 en la Argentina, Valent expresó que el país necesita "de la cooperación internacional porque para reducir la pobreza debemos entender que el 75% de los pobres estructurales viven en países de renta media", dijo.
Al referirse al marco interno, recordó que desde la ONU visualizan con muy buenos ojos la estrategia del Ejecutivo nacional para el llamado Consejo Económico y Social. "En el frente interno el país requiere construir consensos para el mediano y largo plazo con eje en políticas fiscales y distributivas, que impulsen la generación de empleo, la economía del conocimiento, con políticas de inclusión y serio compromiso en la protección ambiental", dijo. y concluyó "Políticas de Estado que transmitan previsibilidad para los próximos 25 años. Es una matriz de desarrollo más inclusivo y que pueda sacar al país de estos altos y bajo de los últimos 70 años. Se necesitan liderezgos en todos los niveles. El consejo económico y social puede ser un excelente espacio para empezar este rumbo", finalizó el coordinador de la ONU en la Argentina.