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El ‘pacto’ con Irán: ¿acuerdo o negociado?

La sospecha de Nisman de conversaciones para intercambiar soja por crudo con el país musulmán no tendría sustento.

¿Granos por petróleo?. La soja argentina y el crudo iraní. A partir del memorándum firmado en Addis Abeba, Etiopía, en 2013, entre los cancilleres Ali Akbar Salehi y Héctor Timerman, nuestro país aume
| Cedoc

El comercio con Irán es uno de los temas más polémicos de la acusación del fiscal Alberto Nisman, para quien el Gobierno buscaba intercambiar granos por petróleo como parte del acuerdo para lograr la impunidad de los acusados de ese país en la causa AMIA. El kirchnerismo desacreditó esta versión y dijo que sus fundamentos eran inexistentes.

Nosotros no podemos usar el petróleo iraní. Tiene mucho azufre para nuestras refinerías. No podemos usarlo, ni procesarlo, es imposible. La Argentina no vende productos agrícolas. Eso pertenece al sector privado, que vende la soja”, dijo Héctor Timerman al Washington Post.

El agregado comercial de Teherán en Buenos Aires, Ahmad Kheirmand, concuerda. “La Argentina nunca importó petróleo de Irán, por las características de nuestro crudo, que no es compatible con el que usan las refinerías de la Argentina”, dice a PERFIL.

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El crudo iraní tiene tres veces más azufre (1,50%) que el Medanito (0,47%), que se extrae en Neuquén, o el Escalante (0,19%), de la Patagonia.

“No tenemos la capacidad para hacer el hidrotratamiento necesario para este tipo de petróleo, con tanta cantidad de azufre, y si pudiéramos, emitiríamos una cantidad de dióxido de azufre que superarían lo permitido en el país”, explican desde el Instituto Argentino del Petróleo y Gas. A la vez, el comercio con Teherán existe desde hace décadas, por lo que no se estaría conquistando ningún mercado nuevo ni serviría para venderle mayores volúmenes ya que la Argentina carece de excedentes para hacerlo.

Oferta y demanda. “La razón por la que el comercio no siguió creciendo es por una cuestión de capacidad de oferta. Si la producción hubiera aumentado podríamos haberles vendido más a ellos y a otros países”, detalla Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).

Si bien esto podría dar por tierra con el argumento de Nisman, las escuchas telefónicas incluidas en su denuncia dejan en evidencia que los involucrados (el piquetero Luis D’Elía, el líder de Quebracho, Fernando Esteche y los religiosos musulmanes chiítas, Alejandro “Yussuf” Khalil y Abdul Karim Paz) buscaban la forma de hacer negocios entre los dos países, supuestamente en representación de ambos gobiernos.

La reunión fue porque la pidió la jefa [Cristina Kirchner]…Acá estuve hablando con el ‘quía’ [Julio De Vido]…ellos están dispuestos a mandar la gente de YPF con nosotros dos, a hacer negocios allá…está muy interesado en intercambiar lo de aquéllos por granos y carne allá”, comentó D’Elía a Khalil tras salir de una reunión con el titular del Ministerio de Planificación. Minutos después el mensaje llegó a Teherán.

“Acá hay luz verde para hacer las operaciones y mandar a la gente, el tema es que quieren que se apure el memorándum…En principio, deciles que el tema que necesita la Argentina es petróleo, todo petróleo y todo lo que está comprando…Irán le puede dar ese petróleo a cambio de granos…todo esto se habló con De Vido –le transmitió Khalil a Paz, mano derecha de Mohsen Rabbani, acusado de participar en el atentado contra la AMIA–. La Argentina tiene una gran necesidad de petróleo e Irán tiene una gran necesidad de granos y todo eso, empezar el intercambio. De Vido entiende que para dar un paso en esto…se firme primero el memorándum para empezar a hacerlo de Estado a Estado, porque por ahora, los únicos que están trabajando son los privados”.

La posibilidad de adquirir crudo iraní para paliar la crisis energética en el país no sólo se trató en las conversaciones secretas entre los personajes acusados por Nisman, sino que también se abrió a los referentes del mercado energético local, aunque todos opinaban que no tenía sentido.

“Oí, en su momento, que se quería hacer algo así aunque nunca le di asidero porque es ridículo dar algo que se vende siempre como granos, por algo que se compra siempre, como el petróleo. No digo que no lo hayan pensado alguna gente sin conocimiento, pero lo habrán abandonado por incomprensible”, dice un importante consultor del sector que pidió no ser identificado.

Granos por crudo. Otros especialistas también coinciden en que sería innecesario realizar un canje de granos por crudo porque la Argentina ya obtiene ingresos por sus ventas a Teherán y podría utilizarlos para adquirir el petróleo allí o en cualquier otro lugar sin necesidad de tener que cerrar un acuerdo de este tipo que implicaría un gran desgaste político para el Gobierno.

“¿Cuál es la conveniencia de la Argentina de canjear granos por petróleo si los podés vender sin problemas? Difícil es vender autos u otras manufacturas en los mercados internacionales, pero las commodities las colocás al mejor postor y con esos dólares podés comprar petróleo, resalta Marcelo Comisso, jefe de Research de Rofex, la principal Bolsa de materias primas del país. En tu balanza de pago te aparecen dos transacciones compensadas. Desde el punto de vista económico y financiero no tiene ningún sentido, pero desde el político, va por otro carril”.

Este último punto es el que presentan las mayores dudas ya que no queda demasiado en claro cuál sería el objetivo de firmar un acuerdo de este tipo que no le generaría ningún beneficio a la Argentina, a diferencia de Irán que obtendría el cese de las alertas rojas de Interpol que pesan sobre sus ciudadanos, según la denuncia de Nisman.

Lo que nunca quedó claro fue qué ventajas habría logrado de la Argentina si el pacto hubiese prosperado. Para Irán, obtener tecnología nuclear, pasar a ser la sede del debate sobre el caso AMIA (sin obligación de acatar los resultados), y tener a sus acusados deambulando libremente por el mundo, eran todos beneficios tan desproporcionados que, sin duda, debió haber ofrecido a cambio algo difícil de imaginar”, afirma el ex senador Rodolfo Terragno.

Para Terragno, “es muy poco verosímil que fuera a pasar, como no faltó quien sospechara, dinero por debajo de la mesa. No al menos el precio de todo cuanto habría concedido la Argentina: una cantidad de dinero tan desorbitante que no habría pasado debajo de ninguna mesa”.

Negocio paralelo. La insistencia y el interés de D’Elía y Khalil en remarcar que las operaciones se realizarían “Estado a Estado” aumentan las sospechas de que en realidad podrían estar tramando un negocio paralelo, similar al que se implementó con Venezuela (el mediador principal entre ambos países), a través del fideicomiso para intercambiar petróleo por alimentos y maquinarias agrícolas (también a cargo de De Vido), algo que el fiscal no deja entrever en su denuncia.

En las escuchas aparece incluso la posibilidad de venderle armas a Teherán, a lo que se le suman las versiones sobre la posibilidad de fabricar un misil junto al gobierno de Nicolás Maduro con tecnología persa.

“Esto huele más a un negociado del tipo del que hicieron con el fideicomiso de alimentos por petróleo con Venezuela, que un acuerdo comercial tradicional porque ya le vendemos granos y podríamos comprarle petróleo libremente, aunque no nos sirve”, concluye otro de los principales consultores del mercado energético que también pidió no ser identificado por temor a posibles represalias, más aún tras la muerte de Nisman.

El comercio bilateral

Las exportaciones a Teherán se incrementaron de 2.200% a 18,17 millones de toneladas (US$ 7.467,76 millones) durante los gobiernos de Cristina Kirchner, según el Indec, en comparación con el mandato de su marido, en el que “venderle o comprarle a Irán era casus belli, algo que no se la pasaba por la cabeza a nadie”. Así lo explicó en 2011 el ex canciller Rafael Bielsa a PERFIL en una entrevista, que fue incluida por Nisman como prueba en su denuncia. Esto coincidió con la decisión del gobierno persa de dejar de comprar en Buenos Aires luego de que la Justicia británica detuviera en 2003 a su ex embajador en el país por su vinculación con el atentado a la AMIA.

Las operaciones alcanzaron su piso entre 2004 y 2006 y se dispararon luego de la asunción de Cristina Kirchner. “Es una barbaridad, no sé cómo sucedió algo así. En la época de [Jorge] Taiana algo pasó”, afirma Bielsa y su sucesor niega haber hecho algo al respecto.

“Ellos cambiaron de táctica. Nunca hubo ninguna actividad oficial que tuviera que ver con eso, ni una misión, ni un secretario de Comercio Exterior planteando una cooperación o un acuerdo”, destacó Taiana en otra entrevista con PERFIL que también fue incluida en la denuncia de Nisman. Ni siquiera la declaración de la Justicia de declarar inconstitucional el memorándum logró desplomar las ventas (crecieron 7,93% en 2014).

Durante los gobiernos de Cristina Kirchner, la mayoría de los negocios los hicieron en empresas como Bunge Argentina, Cargill, Oleaginosa Moreno, Nidera, LDC, Aceitera General Deheza y Molinos Río de la Plata.