Este último año estamos atravesando una probable alteración en cómo entendemos y vivimos el cambio climático. Con efectos cada vez más tangibles, surge un coro unificado de científicos, ambientalistas y algunos empresarios, instando a una acción inmediata y drástica para evitar consecuencias que podrían ser irreversibles.
Los eventos climáticos extremos han aumentado su frecuencia, intensidad y duración, sirviendo como advertencias palpables de un planeta en desequilibrio. Y seguirán aumentando. Incendios forestales descontrolados, inundaciones devastadoras y sequías prolongadas son señales inequívocas de que nuestras acciones humanas están afectando gravemente el clima.
La acumulación excesiva de gases de efecto invernadero en la atmósfera, resultado de nuestras actividades industriales y de consumo, recalca la necesidad inmediata de tomar medidas audaces y colectivas.
Los científicos han proyectado un panorama inquietante: si no logramos contener el aumento de la temperatura global a niveles por debajo de 1.5 grados Celsius, las consecuencias podrían ser de proporciones catastróficas. La pérdida de biodiversidad, la degradación de los suelos agrícolas y la amenaza a la seguridad alimentaria son solo algunas de las preocupaciones inminentes que enfrentamos; y que seguiremos haciéndolo si no actuamos con urgencia. Por si fuera poco, la mala noticia es que ya estos 5 años que vienen podrían, dinamizados por años “niño” en términos climáticos, superar ese umbral.
La sostenibilidad emerge como un imperativo ineludible. Para catalizar un cambio significativo, debemos adoptar enfoques integrales que aborden todos los aspectos de nuestras vidas, desde cómo generamos energía hasta cómo utilizamos y conservamos nuestros recursos. Los gobiernos tienen un papel crucial en este proceso al implementar políticas que promuevan la inversión en energías limpias y la regulación rigurosa de las emisiones.
Qué podemos hacer desde las universidades
Lo principal o más importante sería que incorporen carreras como Gestión Ambiental, tal como ocurre en UADE, o cualquiera relacionada con el medio ambiente. Lo cierto es que las universidades desempeñan un papel fundamental en la formación de las futuras generaciones de líderes, profesionales y ciudadanos. La implementación de programas internos de sustentabilidad resulta esencial por varias razones:
Modelos a seguir: Las universidades son instituciones respetadas y tienen influencia sobre estudiantes, personal y la comunidad en general. Al adoptar prácticas sustentables, envían un mensaje claro de compromiso con la preservación del medio ambiente y la responsabilidad social, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
Comunidad educativa: Los programas de sustentabilidad internos proporcionan oportunidades para sensibilizar y educar a estudiantes, profesores y personal sobre su importancia y cómo pueden integrarla en sus vidas y carreras. La educación no solo se limita a las aulas, sino que se convierte en una experiencia práctica y tangible que puede llegar a los hogares.
Formación de líderes con conciencia ambiental: Los estudiantes son el futuro de la sociedad. El ámbito académico es esencial para esto ya que cuenta con las herramientas para hacer análisis críticos y basados en evidencia científica. Al exponerlos a estas prácticas desde sus días de estudio, se cultivan líderes que tienen en cuenta la sostenibilidad en sus futuras decisiones profesionales y personales, lo que contribuye a la creación de un mundo más responsable. Más allá de la carrera que estudien. Tener economistas, biotecnólogos e ingenieros con formación ambiental será clave para que la mirada sustentable llegue a todas las empresas y áreas del estado.
Reducción de la huella ecológica: Si bien las universidades difícilmente sean grandes generadores de residuos o consumidores de energía, siempre sumará reducir la propia huella ecológica de la institución para disminuir la presión sobre la naturaleza.
Integración global: Los problemas ambientales y climáticos son desafíos globales que impondrán cada vez más restricciones y oportunidades para negocios tanto internos como externos. Conocer y saber navegar estas temáticas permitirá a los profesionales adelantarse a lo que vendrá, pudiendo reducir riesgos y maximizar oportunidades.
Por todo esto y más, en UADE decidimos predicar con el ejemplo y desde la carrera de Gestión Ambiental, junto a marketing y servicios operativos, apostamos a mejorar cada vez más en este sentido, pues en los últimos años hemos implementado:
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Cambio de lámparas de bajo consumo por tecnología LED en artefactos de oficinas.
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Cambio de gas refrigerante en equipos Split R12 a gas ecológico.
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Cambio de horarios de encendido de iluminación en microestadio y oficinas según su uso.
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Reducción de artefactos prendidos al 50% de pasillos de circulación y halles de ascensores desde el 2° piso al 11°, épocas baja circulación.
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Charlas con los concesionarios para el uso racional del agua y consumo de gas.
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Cargadores de celulares solares.
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Desafíos sobre reciclado en redes sociales.
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Entrega de Eco-tachos y jornadas de concientización ambiental por parte de alumnos de Gestión Ambiental.
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Instalación de paneles solares 204KW en pleno proceso.
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Puntos de hidratación (Patio y comedor)
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Incorporación de 5 basureros transparentes para visualizar reciclado.
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Impresiones Doble Faz en los equipos de manera predeterminada.
Estas cosas son solo el principio de lo que es “UADE Verde”, el programa sustentable que compromete a la Universidad con un futuro alejado de lo caliente: con mayor calidad de vida para las personas y menos riesgo para la economía. La responsabilidad debe ser integral, mientras que la educación, imprescindible.