Basta de "abuso sexual infantil". ¡Hablemos de abuso sexual CONTRA menores!
Este abuso se manifiesta de múltiples formas sin que esté necesariamente en juego el contacto físico.
Es violencia física/psicológica por parte de un adulto que satisface sus deseos sexuales con un niño. "Manoseos", caricias inapropiadas, exhibiciones, inducción/presión para ejercer prácticas, fotografiar, filmar, son todas prácticas "sexualizadas" que configuran ABUSO.
La sexualidad se construye con el desarrollo, y aun cuando el niño ingrese en cierto "despertar" estará originado en el conocimiento del propio cuerpo y por motivación propia.
Cuando este "conocimiento" o determinadas prácticas vienen inducidas/sugeridas/exigidas por un adulto, no es natural y no hay consentimiento posible, ya que éste exige la comprensión real del alcance de las acciones. Y esta comprensión requiere de cierta maduración psíquica por lo que resulta ajeno a las posibilidades de un niño. Ni su pensamiento abstracto ni su madurez emocional son compatibles con la situación experimentada. Es más, vivenciar experiencias sexuales "adultas" siempre será demasiado intenso/improcesable para él/ella.
Su psiquis es incapaz de asimilar conductas sexuales adultas ¡Solamente puede lidiar con aquellas que son propias de las fases de exploración acordes a su edad!
Quien exponga a un niño a estas actividades está cometiendo un delito. Y el bien protegido es -además de la infancia- la dignidad sexual, ya que forma parte de la integridad del ser humano.
Y cuando el abuso es intrafamiliar y se cronifica (siendo ya innecesario que el agresor utilice fuerza física,por ser conocido para el niño y tener vía libre para abusar de su relación de confianza) la situación nos da más escalofríos.
Si hablamos de incesto paterno-filial las consecuencias serán devastadoras. Destruye tanto la subjetividad como la configuración familiar y los roles de parentesco. Cualquiera sea la etnia, edad, condición sociocultural o género, jamás pueden ser justificados ni aun apelando a cuestiones culturales.
Hay que escuchar el relato del menor sin importar la ausencia de signos físicos que lo prueben.
Y esto es así porque los niños no pueden imaginar/crear situaciones sexuales a menos que hayan sido expuestos a ellas. Es imposible e ilógico que inventen detalles específicos y descriptivos sin una realidad que apuntale estos dichos. Ellos son conscientes de que algo está mal y sufren mucho (aunque no dimensionan la gravedad). ¡Temen contar la verdad por miedo a ser castigados, culpados, o a generar discusiones entre adultos!
No hay fundamento para considerar que un niño es capaz de consentir un encuentro sexual. Tenemos que escuchar, observar, y no dejarnos llevar por discursos que intentan justificar lo injustificable. Es alarmante pensar en una aceptada orientación sexual hacia menores. Quien esté "orientado" a esto, está "orientado" al sometimiento y violación de quien carece de posibilidades de decidir. No podemos naturalizar esto.
Si querés capacitarte y colaborar para frenar el abuso sexual contra menores, comunicate con nosotros.
Dra. Pía M. Roldán Viesti
Abogada T°92 F°959 CPACF
Psicóloga MN. 57.457
Presidente y Fundadora de EUTI
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