Rusia declaró que la OTAN representa una “amenaza” para el país, especialmente después de que la organización iniciara la semana pasada sus mayores ejercicios militares desde la Guerra Fría. Estas tensiones se dan en el contexto de la interminable guerra con Ucrania, así como el creciente temor en Europa ante el avance de Vladimir Putin sobre otros países.
Las relaciones ya difíciles entre la OTAN y Rusia se han tensado al punto de ruptura desde la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero de 2022. Para la Alianza cada vez es más probable que el Kremlin opte por atacar a países miembros, por lo que pusieron en marcha el ejercicio militar Sreadfast, que movilizará a 90.000 soldados para ensayar ataques.
Al mismo tiempo, el líder de la OTAN destacó el papel fundamental que tiene Ucrania en defensa de su soberanía y la necesidad de seguir financiando armamento para su defensa, alegando que una victoria de Rusia en la guerra haría el mundo más inseguro.
Para Rusia la OTAN en una “amenaza” por los ejercicios militares
Consultado sobre los ejercicios de la OTAN, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov declaró: "Por supuesto, es una amenaza para nosotros, así es como la tratamos y estamos constantemente tomando medidas apropiadas". A su vez, sostuvo que "la OTAN es una herramienta de confrontación" que "ha movido su infraestructura militar hacia nuestras fronteras sin cesar desde hace décadas".
Steadfast es la más grande simulación de combates organizada por la Alianza desde el fin de la Guerra Fría, la cual comenzó la semana pasada en el noreste de Estados Unidos y debe extenderse los próximos meses. Durante este lapso, se movilizarán hasta 90.000 soldados de los dos lados del Atlántico.
El ejercicio fue diseñado para simular la respuesta de la organización al ataque de un rival como Rusia, sin mencionarla, e involucrará a unos 50 navíos, 80 aviones y 1.100 vehículos de combate. Según la OTAN, este despliegue debe poner a prueba la capacidad de la Alianza de movilizar y transportar rápidamente tropas estadounidenses para "reforzar la defensa de Europa".
En respuesta a la embestida rusa, Finlandia se adhirió a la Alianza en abril de 2023, mientras que Suecia se ha acercado a la adhesión tras recibir luz verde de Turquía, y aguarda la ratificación de la reticente Hungría.
En Europa analizan cómo y cuando Rusia invadiría un país miembro de la OTAN
El ascenso en las encuestas del expresidente Donald Trump para las elecciones de Estados Unidos, quien en el pasado prometió abandonar la OTAN y hace poco no acudir nunca más en ayuda de sus aliados transatlánticos, mantiene preocupados a los países de Europa que temen el avance de Rusia sobre sus territorios.
Altos mandos de la OTAN dicen que Europa debe prepararse para el ataque de Rusia
Muchos especialistas analizan que en algún momento de los próximos diez años Putin invadiría a un miembro de la OTAN y en caso de cumplirse lo dicho por Trump, los países europeos deberían enfrentarse a las fuerzas rusas sin ayuda norteamericana y con ejércitos poco fortalecidos.
Según otros expertos, eso podría ocurrir apenas cinco años después de la conclusión de la guerra con Ucrania, ya que ese tiempo sería suficiente para que Rusia recontruya y rearme su ejército. “Siempre supimos que eran nuestra única amenaza existencial”, dijo el mayor general Veiko-Vello Palm, comandante de la principal división de infantería del ejército de Estonia.
“Los últimos años también han dejado muy en claro que la OTAN como alianza militar, y muchos de sus países, no están preparados para llevar a cabo operaciones a gran escala”, explicó Palm. Y agregó: “En lenguaje simple, muchos de los ejércitos de la OTAN no están preparados para enfrentar a Rusia, y no es muy tranquilizador que digamos”.
Sin embargo, así como Putin había minimizado las advertencias del gobierno de Biden sobre el plan para invadir Ucrania, Moscú también desestimó los temores de que Rusia está planeando atacar a los miembros de la OTAN.
La semana pasada, en una entrevista con la agencia de noticias estatal RIA Novosti, el jefe del servicio de inteligencia exterior ruso, Sergei Naryshkin, dijo que esos miedos son parte de una campaña de desinformación occidental para generar resentimiento contra Moscú.
No obstante, todavía existen dos factores que en los últimos meses continúan alarmando a los europeos. Por un lado, la militarización de la economía rusa impuesta por Putin y un gran aumento del gasto para su ejército y su industria armamentística. Por el otro, el intento de algunos republicanos del Congreso nortemericano que buscan restringir la ayuda de Estados Unidos a Ucrania.
El papel central de la guerra de Rusia y Ucrania para la OTAN
“Si alguien cree que esto solo tiene que ver con Ucrania, está garrafalmente equivocado”, había advertido el presidente ucraniano Volodimir Zelensky en el Foro Económico Mundial de Davos. “La posible dirección y hasta el cronograma de una nueva agresión rusa más allá de Ucrania son cada vez más obvias”, enfatizó.
En esta línea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, avisó este lunes al Congreso de Estados Unidos, donde los republicanos bloquearon nuevos fondos para Ucrania, que una victoria de Rusia en la guerra convertiría al mundo en un lugar más inseguro.
“Estoy convencido de que todos los aliados de la OTAN, incluido Estados Unidos, seguirán brindando apoyo a Ucrania porque hacerlo redunda en nuestra propia seguridad”, declaró Stoltenberg en una rueda de prensa en Washington junto a Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense.
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El político de origen noruego enfatizó en que una victoria del presidente ruso supondría “una tragedia para Ucrania, pero también haría el mundo más inseguro” para todos los miembros de la Alianza Atlántica. Asimismo, Stoltenberg señaló que la derrota de Kiev “envalentonaría a usar la fuerza a otros líderes autoritarios”, entre los que citó a los de Corea del Norte, Irán y China.
El líder de la OTAN defendió la necesidad de ayudar a Ucrania y destacó que la asistencia, aunque depende de una fracción del presupuesto del Pentágono, desempeñó un papel crucial para debilitar al ejército ruso. Además, sostuvo que esta ayuda beneficia a los trabajadores estadounidenses al invertir en la compra de armas fabricadas en Estados Unidos.
Es por ello que el político considera “absolutamente vital y necesario” que el Congreso apruebe el paquete de 61.000 millones de dólares en armas para Ucrania que el presidente estadounidense, Joe Biden, pidió a finales del año pasado.