INTERNACIONAL
Celos y acusaciones cruzadas

Chávez, Uribe y un canje inalcanzable

Con tal de evitar a su nuevo archi-enemigo, el mandatario venezolano suspendió su visita a Ecuador, en un nuevo capítulo del enfrentamiento entre los dos presidentes que ya llevó a la ruptura de las relaciones bilaterales. Mientras tanto, el acuerdo humanitario sigue muy, muylejos.

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| AFP

El enfrentamiento entre los presidentes Hugo Chávez y Álvaro Uribe sumó hoy un nuevo capítulo a la historia de enemistad que separa a éstos dos mandatarios, luego de que el líder venezolano decidiera suspender una visita a Ecuador –adonde iba a asistir a la inauguración de la Asamblea Constituyente- para evitar encontrarse con su par colombiano.

El encuentro, que había suscitado muchísimo interés en la prensa internacional, hubiese tenido lugar sólo días después de que Chávez anunciara la ruptura de las relaciones diplomáticas con Colombia, por la suspensión de su función como mediador para lograr un canje humanitario con las FARC.

Pero lo que más llamó la atención fue el hecho de que la decisión de Caracas fue comunicada este mediodía, solamente horas después de que Bogotá informara que se habían hallado pruebas de vida de 16 secuestrados, entre ellos de la ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt.

La noticia, interpretada mayoritariamente como un mérito de la gestión del presidente venezolano, pareció inclinar la balanza a favor de Chávez, dos días antes del referendo en el que se someterá a votación popular la reforma constitucional que impulsa Caracas.

Para los familiares de los rehenes, históricamente enfrentados con Uribe por la forma de interpretar el problema de los secuestros, la novedad no hizo más que confirmar sus sospechas de que sólo Chávez podría haber logrado avanzar en el canje y elevaron un pedido al mandatario francés Nicolas Sarkozy para que interceda con Uribe a favor del venezolano.

Sin embargo, y aunque Sarkozy apoyaba la mediación, la cancillería francesa consideró este mediodía que el papel de Chávez en el canje pertenecía “al pasado” y que ahora sólo quedaba concentrarse en seguir avanzando.

El anuncio volvió a inclinar la balanza a favor de Uribe, que podría intentar capitalizar la aparición de las pruebas de vida en su favor, restando importancia a la intervención de Chávez en las negociaciones, y presentándose en Quito como el ganador de una pulseada que alcanzó niveles históricos la semana pasada con la ruptura de las relaciones bilaterales.

“Uribe es un triste peón del imperio”, había dicho Chávez esta semana, tras la decisión del colombiano de suspender su mediación. “Me acusa de tener un proyecto expansionista... ¡ el imperio es el que tiene un proyecto expansionista y usted es un servil instrumento del imperio norteamericano en América Latina".

La acusación, a la que la cancillería colombiana decidió no responder, puso de manifiesto las diferencias irreconciliables que separan a éstos dos mandatarios, solamente tres meses después de que Uribe pusiera en manos de Chávez la solución al peor de sus problemas.

Las FARC, en el centro del conflicto, expresaron abiertamente su apoyo a Chávez y utilizaron la pelea para insistir con sus críticas a Uribe y para insistir en señalarlo como el culpable del fracaso un canje humanitario, que todos reclaman pero que sigue muy, pero muy lejos.