La República en Marcha (LREM) de Emmanuel Macron, creado hace poco más de un año, y su aliado centrista del MoDem barrieron a los principales partidos históricos de izquierda y derecha con unos 360 escaños de 577, muchos más de los 289 necesarios para la mayoría absoluta.
La victoria se vio empañada por un índice récord de abstención en este tipo de comicios, que superará el 56%, según institutos. La victoria anunciada del partido del presidente, junto con un desinterés creciente por la política, ha disuadido a muchos votantes de acudir a las urnas.
La metamorfosis en la Asamblea Nacional saltará a la vista: la mitad de los nuevos diputados no han ocupado nunca cargos electos y proceden de la sociedad civil, habrá muchos más jóvenes y mujeres, y una mayor diversidad étnica, según informó AFP.
Oposición golpeada. La alianza de conservadores terminaría con entre 126 y 131 diputados, de los cuales una parte está dispuesta a apoyar al partido de Macron, siempre según estimaciones de los institutos de opinión. "Es más que una derrota, es el final de una época", comentó la exministra de derecha Valérie Pécresse.
Los socialistas y sus aliados pierden la mayoría y acaban por los suelos con entre 45 y 50 escaños tras el impopular gobierno de François Hollande, marcado por el desempleo y los atentados yihadistas.
El ultraderechista Frente Nacional (FN) pasaría de dos a ocho escaños. Su líder Marine Le Pen, finalista con Macron en las presidenciales de mayo, se estrenará en el hemiciclo con su primera banca.