La mexicana Cemex, afectada por la decisión de Hugo Chávez de nacionalizar la industria cementera
La nueva embestida del Gobierno contra el capital fue ratificada por el secretario de energía.
La reacción de las empresas del sector.
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Cedoc
El gobierno venezolano confirmó a las autoridades de la cementera mexicana Cemex su intención de hacerse con el control del sector, aunque dentro de un esquema en el que el Estado venezolano tendría una participación del 60%, informó el diario El Universal.
El anuncio fue realizado ayer por el ministro de Energía venezolano, Rafael Ramírez, aunque sólo vino a confirmar los dichos del presidente Hugo Chávez, quien el jueves pasado había comunicado su intención de nacionalizar la industria cementera, decisión que afecta a Cemex, a la francesa Lafarge y a la suiza Holcim.
La noticia no fue bien recibida en México, aunque las autoridades de la compañía hicieron un esfuerzo por mostrar una actitud conciliatoria y así llevar calma a los accionistas.
En lo que representa su primera declaración oficial tras el anuncio de Chávez el jueves pasado, Cemex manifestó ayer su disposición al diálogo con las autoridades de Venezuela para encontrar una solución “mutuamente aceptable”.
La cementera mexicana aclaró, además, que mientras duren las negociaciones continuará normalmente con sus operaciones en Venezuela y buscará velar por los intereses de sus trabajadores y la integridad de sus instalaciones.
La postura de Cemex tuvo un efecto positivo sobre el valor de las acciones de la compañía en la bolsa mexicana, que ayer registraron una suba del 3,70%. El viernes pasado, tras el anuncio de Chávez, habían caído 2,87%.
Al día siguiente, el sábado, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, sostuvo que la acción de Chávez era “inadecuada” y que no había “más que reprobarla”. “No se respetó la propiedad y el derecho de los mexicanos”, afirmó.
Mientras tanto, el presidente Felipe Calderón -de derecha y aliado de Estados Unidos- ni siquiera se animó a nombrar a Venezuela y solamente dijo que es preocupante la “incertidumbre acerca del respeto a los derechos de propiedad y patrimoniales”, en un entorno regional donde la inversión es productiva y genera empleo.
Quienes más irritados se mostraron fueron varios diputados opositores, quienes coincidieron en que, de ponerse en práctica, la medida pondría en jaque la relación entre México y Venezuela.
Mientras tanto, analistas del sector cementero valuaron a Cemex Venezuela en entre 1200 y 1400 millones de dólares, informó El Universal de México. Cuando anunció su intención de nacionalizar el sector, Chávez prometió que pagaría “hasta el último centavo”.
